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MEMORIAS DE LA CALLE

BARRIO DEL PÓPULO

El tiempo ha pasado por uno de los enclaves más antiguos de una ciudad que ha sabido mantener lo bueno del ayer con las mejoras actuales

EDUARDO LUMPIÉ
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Estamos en el barrio más antiguo de la ciudad. Las tres entradas principales que posee este barrio están formadas por arcos: el Arco de El Pópulo, el Arco de la Rosa y el Arco de los Blancos (o también conocido como el Arco del Mesón). El primero de ellos, el del Arco de El Pópulo, era conocido por aquellos años como la puerta de Villa, desde la actual plaza de San Juan de Dios (que antes era conocida como la plaza de la Corredera) y de los terrenos próximos que les fueron ganados al mar. Le viene el nombre de El Pópulo por un cuadro de una Virgen del mismo nombre y cuyo autor fue Antonio Franco y que actualmente decora las paredes de la Capilla Real, situada justo encima del arco. Por otro lado, el Arco de la Rosa -que tiene su entrada por la plaza de la Catedral- recibió varios nombres como fue el caso de Arrabal de Santiago, Puerta de la Villa o el de Machuca, por un arquitecto que fue el encargado de dirigir las obras. Todos estos nombres fueron remplazados, con el paso de los años, por el de la Rosa, en recuerdo de Diego Barros de la Rosa.

Por último, el Arco del Mesón tiene su entrada por la calle San Juan de Dios. En el año 1735 recibió el nombre de arcos de los blancos, en homenaje a Felipe Blanco y se convirtió en una de las puertas de la Villa más antiguas. Años después fue rescatada por Alonso el Sabio y al confluir con la calle del Mesón se decidió que se conocería como el Arco del Mesón.

En la actualidad, este barrio poco tiene que ver de cómo era por aquella época. Mantiene su encanto y sigue siendo uno de los enclaves más visitados por los turistas y por los propios gaditanos. En él se han establecido multitud de bares, restaurantes y comercios que han conseguido dotarlo del esplendor que perdió con el devenir del tiempo. Un enclave único en el que poder disfrutar de un paseo, de la gastronomía o de su arquitectura. Otra de las novedades es la próxima apertura del hotel que ocupa el palacete conocido como la Casa del Almirante. La Posada del Mesón también protagonizó una de las épocas más brillantes del barrio. Era un lugar en el que pernoctaban todos aquellos turistas que llegaban a la ciudad. Lo que sin duda ha dotado de popularidad al barrio ha sido el Circo Romano que ha ido saliendo a la luz desde la calle San Juan de Dios, donde estaban los Talleres de Vigorito hasta la parte que daba a la Bajada del Escribano y el callejón de El Duende. Tras años de recuperación parece ser que la obra, por fin, está viendo su fin y seguro que será uno de los lugares más visitados de la ciudad.

La fama no siempre acompañó al barrio. La cercanía con el puerto y la llegada de las tripulaciones de los buques provocaban algunos altercados ya que llegaban a tierra firme tras pasar mucho tiempo en alta mar y lo que querían era «echar una canita al aire». Para acoger este público se comenzaron a instalar bares que hoy en día se conocen como bares de copas pero que por aquellos años eran de alterne.

Aquello, afortunadamente, desapareció. Hoy, después de una buena renovación, conserva la edificación de ayer con las mejoras de hoy además de lugares en los que poder degustar la mejor gastronomía gaditana.