El Obispado detecta un leve aumento de renuncias al catolicismo en el último año

El derecho a la apostasía, la renuncia formal a cualquier tipo de culto religioso, está reconocido por la legislación española desde la década de los años ochenta. Cualquier ciudadano puede pedir que se le excluya de la comunidad cristiana o de cualquier otra cuando lo desee, pero nunca se había mostrado un gran interés por desaparecer de los registros eclesiásticos, al menos en la provincia.

Quizá por apatía o por desconocimiento, muy pocos gaditanos lo habían solicitado al Obispado hasta hace unos años. Ahora apenas supera la veintena, pero la cifra va en aumento. Según recogen los datos proporcionados por la vicaría judicial, el año pasado fueron 23 tramitadas, mientras que el anterior se llegaron a formalizar 12 de las 35 que se habían presentado. La cifra no dista demasiado de la de 2007, con 19 apostasías completadas de 25 solicitudes.

Conclusiones

El balance no ha generado preocupación en la diócesis. El vicario general, Guillermo Domínguez Leonsegui, asegura que «esas 23 bajas comparadas con los 6.000 bautizos que se celebraron el año pasado no resultan representativos».

Sin embargo, no dejó de reconocer que «las apostasías son una realidad y hay que respetar la opinión de cada persona». Al igual que las nulidades eclesiásticas, que superan la veintena cada año.

Por lo demás, asegura que «la tarea de la iglesia no es convencer a nadie, no hay programas electorales, ni estrategias previstas». A su manera de ver, la mejor forma de actuar es «mostrarla tal cual es en su sencillez y su verdad», tal como señaló el Papa el pasado fin de semana en Galicia y Barcelona.