A un ritmo de seis a la semana
Actualizado:Su fama corre de boca en boca y en internet ha encontrado una red ideal para cazar clientela. «Me llegan pacientes de Jordania, Francia, Marruecos..., cogen el avión, piden un visado de 24 horas y saben que los 2.000 euros que pido están bien invertidos», asegura María José Barba, experta en cirugía estética. En sus consultas de Madrid y Zaragoza realiza unas seis himenoplastias (reconstrucción del himen) a la semana y la demanda no va a menos. Por ahora. «Pese a todo, fíjate, son muchas las que no querrían que sus hijas pasaran por lo mismo. Al menos, es lo que dicen después de la intervención».
Son contadas las clínicas españolas donde se ofrece la posibilidad de coser la mucosa vaginal –«yo doy entre 20 y 30 puntadas»–, y de esa manera causar la impresión de no haber sufrido nunca una penetración. Madrid, Barcelona, Zaragoza, Bilbao..., se han convertido en el destino de «musulmanas que buscan eficacia y discreción».
¿No se les plantea un dilema moral a los médico? ¿Ningún escrúpulo? ¿Acaso no están contribuyendo al arraigo del despotismo machista? «No, en absoluto. Todo lo contrario. Yo, por ejemplo, me lo veo como una ayuda social. Ellas lo piden porque, de lo contrario, no tendrían más futuro que la proscripción o la muerte. Es más, te cuento: sé de turcas a las que sus padres les aconsejan que se suiciden...». Visto lo visto, insiste en que no se le presenta otra alternativa.
Esta especialista en cirugía estética se limita a cumplir con su trabajo de la mejor manera posible, «lo mismo con chicas sin estudios y de pueblo que con princesas jordanas». Hay de todo, hasta mujeres españolas y maduras.
–¿Y qué interés tiene una madrileña de 45 años, por poner un ejemplo, en coserse la vagina?
–Es una moda que viene de EE UU. Se lo toman como un regalo a la pareja; lo hacen para sentir placer. Pero, no se piense, son poquísimos estos casos, no más del 1%. Lo mismo que las prostitutas jóvenes.
–¿También demandan himenoplastias?
–Claro, para cobrar más. Los clientes lo valoran bastante, sobre todo en las despedidas de soltero. Ya ve, esto es un mundo.