El G-20 no pone limites a la 'guerra de divisas'
La declaración de Seúl se compromete contra las devaluaciones competitivas, pero sin establecer objetivos concretos
SEÚL.Actualizado:En Corea, escenario hace 60 años de la primera guerra del comunismo contra el capitalismo, se libró ayer la última batalla del liberalismo contra el proteccionismo. Como aquella contienda, acabó en tablas porque los viejos enemigos ideológicos son ahora socios comerciales.
Tal y como se preveía, la cumbre del G-20 en Seúl concluyó sin fijar medidas concretas contra los principales problemas que frenan la salida de la crisis, como la «guerra de las divisas» y los desequilibrios comerciales. Según recoge la declaración conjunta del encuentro, los países más industrializados y las potencias emergentes se comprometieron en la solución de ambos conflictos, pero no se pusieron de acuerdo en las medidas a tomar.
El comunicado final de la cumbre apuesta por avanzar «hacia tipos de cambios más determinados por el mercado» y propone «abstenerse de adoptar devaluaciones competitivas». Pero no insta directamente a China a apreciar el yuan, como viene reclamando Estados Unidos, que a su vez mantiene una cuestionada política monetaria que ha situado al dólar en mínimos históricos para favorecer sus exportaciones.
Su presidente, Barack Obama, aparece como uno de los perdedores de la cita no solo por las críticas recibidas desde Europa, Asia y Latinoamérica, sino también porque no ha podido firmar un largamente negociado acuerdo de libre comercio con Corea del Sur. Nada más terminar la cumbre, el inquilino de la Casa Blanca abría fuego de nuevo contra China en la 'guerra de divisas'. «Pekín gasta enormes cantidades de dinero en mantener el yuan devaluado», criticó Obama, quien volvió a pedir «una apreciación gradual, no de la noche a la mañana».
La declaración final también persigue «desarrollar el conjunto de actuaciones que reduzcan los desequilibrios externos excesivos y mantengan los desequilibrios por cuenta corriente en niveles sostenibles». Como se intuía, tampoco en este aspecto hubo acuerdo sobre cifras concretas y potencias exportadoras como China, Alemania y Japón rechazaron la propuesta de EE UU de limitar los superávits y déficits comerciales al 4% del PIB de cada país.