«Es más rentable ir al teatro que al psiquiatra»
Actualizado:Si se les habla de Joan Gracia, Paco Mir y Carles Sans... Ni idea. Mejor que le mencionen el nombre de Tricicle. El trío humorístico lleva 30 años lanzando desde el escenario sus recetas de felicidad, una cada diez segundos, el tiempo que según estos actores media entre un gag y otro, entre una carcajada y la siguiente. Uno fue empleado de banca, el segundo iba para estudiante de Bellas Artes y el último cursó Derecho. Hasta que tropezaron con el teatro y con ese oficio bendito que es inspirar y repartir sonrisas. Y sin pronunciar una palabra. Sutil, elegante, universal, desternillante. 'Garrick' es su última propuesta, inspirada en la vida de un actor del siglo XVIII. Es el montaje con el que se presentan hoy, y hasta el domingo, en el Gran Teatro Falla.
-Este espectáculo está basado en un personaje nacido hace casi 300 años. ¿La fórmula del humor no tiene fecha de caducidad?
-No sabemos si es la misma fórmula, lo que no ha cambiado es el beneficio que produce en las personas. Como David Garrick, los que ejercemos esta profesión desempeñamos una labor importantísima para el ser humano. Garrick fue un reconocido actor inglés del siglo XVIII tan extraordinariamente dotado para la comedia que era capaz de sanar el alma. Este personaje es la excusa de la que nos valemos para hablar del humor en sí mismo.
-Y como Garrick, os sentís risoterapeutas quitapenas. Sus píldoras de la felicidad, ¿son efímeras o de larga duración?
-No son tan efímeras, duran más que los 90 minutos de espectáculo. Hoy mismo (por ayer) hemos recibido un correo de agradecimiento de un grupo de 20 personas que vino a vernos a Almería. El espectáculo consigue formar un bloque en la memoria, se queda el recuerdo de haber pasado un rato de buen humor.
-En sus espectáculos hay un gag cada diez segundos, quitan penas y provocan agujetas...
-Hace años nos dedicamos a comprobar cada cuanto tiempo se reía el público en nuestro show y sí, es cada diez segundos. De hecho se están riendo con un gag y ya empieza otro. Este ritmo vertiginoso es la marca de Tricicle. Creo que sale barato ir al teatro, mucho más que ir a la consulta de un psiquiatra.
-Cine mudo, clown, mimo y teatro convencional. Eso sí, ni una palabra. ¿Es complicado hacer humor sin palabras?
-Hacer reír no es fácil. Si además te limitas, sin utilizar palabras, la tarea se complica. Nosotros nos devanamos los sesos para montar un espectáculo, además no todo se puede representar sin palabras. Sudamos tinta, pero lo que buscamos es la sorpresa del público que, para colmo, cada vez tiene más información y se la sabe todas.
-En este montaje se permitieron una concesión y llegaron a cantar.
-Sí, pero lo quitamos. La gente aplaudía, pero nosotros no estábamos del todo a gusto. Es lo bueno de ser autor y director de tus propios espectáculos.
-Hablando de palabras, una que le haga especial gracia...
-Ahora mismo no caigo. Bueno ya, sí. Chisgarabís.
-Y si tuviera que elegir un personaje...
-Ahí lo tengo más fácil. Los grandes actores del humor. Buster Keaton, los Monty Python o Peter Sellers.
-Cuando recibieron la Medalla a las Bellas Artes un programa de televisión les cambió el nombre -La Trinca-. La metedura de pata fue graciosa, ¿es más fácil reírse de los demás que de uno mismo?
-Claro, siempre es más fácil reírse de los demás. Ahora bien, antes hay que saber reírse de uno mismo. Sin sentido de autocrítica no se puede tener buen humor. Por cierto, nos hizo poca gracia la confusión. Fue un fallo importante y en un acto muy importante. Creo que a la redactora tampoco le hizo demasiada gracia.
-En su discurso hablaron de la sorpresa de recibir un premio en vida, ¿se consideran suficientemente reconocidos?
-Para nosotros lo más importante es ser reconocidos por el público, llenar teatros es el premio más grande que nos pueden dar. Después están los reconocimientos institucionales, que también son importantes. Nos sentimos muy orgullosos con esta medalla. Podríamos tener más, ¿no? En cualquier caso, creo que estamos en la mitad de nuestra carrera y que faltan por llegar algunos éxitos.
-¡Si llevan ya 30 años! ¿Cuál es el secreto de un matrimonio de tres?
-De momento tenemos cuerda. Yo creo que sí, los matrimonios de tres funcionan mejor. Si nosotros hubiéramos sido dos habría más problemas. El número tres desenmaraña muchas disputas, una mesa de tres nunca cojea.
-De esta relación han nacido siete hijos. ¿Siete espectáculos en 30 años son pocos?
-Es una cuestión de tiempo. Si el montaje funciona bien, puede explotarse durante mucho tiempo. En nuestro caso, nos duran cuatro años, hagan la multiplicación.
-¿Cuesta ser ingenioso o divertido fuera del escenario?
-No es que cueste, es que no lo pretendemos mucho. Somos divertidos porque tenemos sentido del humor, pero no tenemos porque estar siempre haciendo gracietas, no nos sale.
-El humor gaditano es totalmente diferente al vuestro...
-Pero me encanta. Me gusta muchísimo, sobre todo las chirigotas que salen en Carnaval. Precisamente en el espectáculo hablamos (sin palabras) de que hay diferentes tipos de humor, pero que todos son válidos para hacer disfrutar.