Zapatero niega a los suyos la prometida reforma de la ley de libertad religiosa
El jefe del Ejecutivo defiende que se trata de una norma "conveniente, pero no urgente", una razón pobre para algún sector de su partido
MADRID Actualizado: GuardarLos socialistas que clamaban por dar un empujón a la agenda laicista del Gobierno pueden esperar sentados. José Luis Rodríguez Zapatero ha ratificado durante la sesión de control al Gobierno que no entra en sus planes inmediatos sacar del cajón la reforma de la ley de libertad religiosa, una iniciativa que -a diferencia de la que modificó, la ley del aborto de 1985- sí aparecía recogida en el programa electoral con el que los socialistas se presentaron a los comicios en 2008. El jefe del Ejecutivo ha defendido que se trata de una norma "conveniente, pero no urgente".
La razón que ha alegado Zapatero es que una legislación de este tipo requiere de un "consenso" que ahora no sería fácil obtener. En su partido hay, sin embargo, un importante sector que considera pobre este argumento. También hubo, de hecho, dificultades para sacar adelante la ley para la interrupción voluntaria del embarazo y eso no fue óbice para aprobarla, en contra del Partido Popular.
Las criticas hoy le han venido aún así de la izquierda del Congreso. El portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya, Joan Ridado, ha cambiado la pregunta que había registrado en un principio ante la Cámara para inquirir al presidente del Gobierno sobre este asunto, ha criticado además el Concordato con la Santa Sede y ha acusado a Zapatero de no hacer nada para que España deje de ser "un Estado aparentemente aconfesional" pero que otorga privilegios a la Iglesia católica, a la que ha calificado de "mantenida". "Le va a costar a usted convencer a alguien de que este Gobierno está entregado a la Iglesia", le ha replicado Zapatero.