La confrontación de intereses de los países lastra la cumbre del G-20 en Seúl
El acuerdo de capital bautizado como Basilea III ha moderado el rechazo inical del sector bancario con la ampliación de plazos
MADRID.Actualizado:Los líderes de los países más influyentes del mundo -desarrollados y emergentes- empiezan a llegar a Seúl para una cita del G-20 que dista mucho del espíritu de unidad que presidió anteriores encuentros. En la convocatoria, a la que acudirán desde el norteamericano Barack Obama al ruso Dimitri Medvedev, así como el presidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, ya no existen los intereses comunes que protagonizaron las sesiones de la etapa más aguda de la crisis, desde Washington a Toronto, pasando por Pittsburgh.
Europa reprocha a Estados Unidos una estrategia que pone el foco en la propia recuperación y que, con el mantenimiento de los estímulos, implica una depreciación del dólar y perjudica gravemente a los socios comerciales del otro lado del Atlántico, España entre ellos. El comisario europeo de Competencia, Joaquín Almunia, confirmó que el mensaje a las autoridades estadounidenses es que deben abstenerse de «tomar medidas que puedan beneficiarles a costa de los demás», con el argumento de que «siempre saldremos mejor parados si coordinamos nuestras estrategias económicas, mientras vamos a salir muy mal si cada uno tira por su lado».
Esta confrontación amenaza desplazar el inicial objetivo de los más desarrollados, que pretenden convencer a países emergentes como China de la necesidad de incentivar el consumo y de evitar devaluaciones competitivas. Pero hay más consecuencias indeseables de la falta de coordinación de las políticas. Si a Europa le inquieta el euro fuerte, porque lastra el despegue de los principales motores de la zona, a otros grandes países suramericanos y también a los asiáticos les empieza a invadir un temor bien distinto: si la rentabilidad de la inversión financiera en Estados Unidos sigue siendo muy baja, los capitales más volátiles se desplazarán a estos mercados emergentes. Y todos quieren impedir ahora la formación de nuevas burbujas especulativas -dinero sin arraigo, que hoy está aquí y mañana sale huyendo-, tras las dramáticas experiencias de los últimos años. Para eso se ha pensado en tender redes de seguridad financiera.
Acuerdos y propuestas
Los dirigentes acuden a Seúl con una agenda que aborda otros temas en los que se han alcanzado importantes avances. Los ministros de Economía y Finanzas del G-20 han cerrado acuerdos para la reforma del Fondo Monetario Internacional que aumenta la presencia de los países emergentes. El Comité de Basilea, por su parte, ya tiene a punto su propuesta para un nuevo acuerdo de capital con la idea de exigir el reforzamiento de las entidades de crédito para que sean más resistentes frente a futuras crisis.
Basilea III ya cuenta con la bendición de los responsables de Finanzas, y su redacción final ha sido recibida por el sector con menos recelos que los borradores iniciales. Mucho más flexible en el calendario de aplicación, que se extiende hasta 2019, impone ahora que en ese plazo el capital básico exigido a las entidades pase de representar el 4% hasta el 6% de los activos, con otro 2,5% para prevenir situaciones de emergencia. También se establecen coeficientes de liquidez más exigentes. Muy importante para las instituciones españolas es que la 'recalificación' de los activos concentra los requerimientos en las entidades que operan con productos sofisticados (CDO, titulizaciones de derivados), mientras que la consideración de las participaciones industriales no se modifica y negocios tradicionales como las hipotecas no se ven penalizados.
España se muestra orgullosa porque el nuevo modelo reproduce el esquema del 'colchón' de provisiones que el banco central nacional viene aplicando desde tiempos de bonanza a bancos y cajas. El supervisor español también cree que las cajas de ahorros en proceso de reestructuración no van a tener problemas para ajustarse porque la nueva regulación de este sector les permite captar capital nuevo, vía cuotas con derecho a voto.