BELLEZA MEJOR QUE PALABRAS
TEÓLOGO Actualizado: GuardarAyer los símbolos y los comentarios prevalecieron sobre las palabras. La construcción de la Sagrada Familia arrancó en 1882 y aún tardará muchos años en finalizar. A lo largo de tanto tiempo se ha discutido mucho sobre la obra y su continuación. En mi opinión, la personalidad artística, la sensibilidad y la tenacidad de Gaudí sirvieron para expresar la capacidad del espíritu religioso para alumbrar una arquitectura genial. En el último medio siglo en España ha habido ejemplos de colosales construcciones religiosas lamentables artística y religiosamente, alentadas por una teología y eclesiología pobres y desfasadas. Lo del templo catalán es otra cosa. El Papa habló ayer, con toda justicia, de la belleza como camino hacia la trascendencia y de la fe como fuente de belleza. Este templo responde a una concepción trascendente de la vida, su arquitectura expresa los misterios del cristianismo y tiene una riquísima simbología bíblica. El reto es que no se convierta en un parque temático. Las grandes catedrales medievales eran catequesis en piedra para un pueblo inculto. El templo de Gaudí, a partir de su arquitectura y esculturas, puede ser también un gran instrumento para transmitir a mucha gente, cada vez más ignorante de la tradición cristiana, la riqueza espiritual y la dinámica trascendente que lo anima.
El mensaje del Papa incidió en temas importantes y que le son muy queridos: la familia, el matrimonio, el respeto a la vida desde la generación hasta su fin natural. Pero todos sus mensajes desgraciadamente han quedado ocultados por sus palabra en el avión. Fueron sorprendentes porque hacía pocos días Federico Lombardi hablaba de «relaciones positivas y serenas» con España. Pero es claro que las declaraciones papales responden a informaciones precisas y convicciones personales, pueden resultar objetivamente incendiarias y van a traer cola. Es de temer que enardezcan a los sectores más agresivamente laicistas y a quienes propugnan, con éxito creciente, una Iglesia española 'bunkerizada'. Los extremistas de ambos polos tienen medios de comunicación que les jalean. Quienes nos sentimos profundamente incómodos en esta dialéctica perversa preferimos fijarnos en otras palabras que ayer dijo el Papa: «la tarea de la Iglesia es mostrar el rostro de un Dios que es de paz y no de violencia, de libertad y no de coacción, de concordia y no de discordia».