Alonso mira de frente al título
El asturiano se benefició de las preferencias de Red Bull hacia el piloto alemán, que no cedió el triunfo a su compañero de escudería Acabó tercero en Brasil tras Vettel y Webber y le basta con ser segundo en Abu Dhabi
SAO PAULO.Actualizado:Sumergidos todos los pilotos en el callejón y expuestos al máximo nivel de exigencia, el Mundial de Fórmula 1 enfoca a Fernando Alonso. El asturiano mira de frente al título. Es el único de los contendientes que, nueve meses después, depende de sí mismo para ajustarse el blasón. Será campeón si termina segundo en el desierto de Abu Dhabi dentro de siete días. Ese veredicto decretó el Gran Premio de Brasil, una tarde de domingo estresante en la que Red Bull volvió a gestionar su supremacía con un guante de pinchos. No quiere que gane Webber.
Promocionará a Vettel hasta el último suspiro del último rincón del planeta. De esa disputa interna se benefició Alonso, que levantó a la gente de sus asientos con ese ardor genético que guarda para el deporte. Fue tercero después de lanzarse a la yugular de Hamilton y Hulkenberg.
Alonso sujetó la pieza con la mandíbula hace dos meses y se niega a entregar el hueso. Ha decidido que es suyo. No le altera la hegemonía de un enemigo que maneja un coche intratable los sábados y a veces los domingos. Tampoco el vox populi grisáceo que alimentó su mediocre tramo a mitad de temporada. Mucho menos, manifestaciones externas, como la bronca que recibió ayer del público paulista al saltar a la pista, recuerdo de su rivalidad con Massa. Alonso tiene un carácter granítico. Es un animal de la competición.
El actual campeón del Mundo, Jenson Button, dijo adiós definitivamente a sus remotas opciones, aunque completó una buena carrera en la que remontó desde la undécima hasta la quinta plaza horas después de haber escapado a un intento de asalto en las calles de Sao Paulo. Button cederá definitivamente su corona la semana que viene en Abu Dhabi.
En Sao Paulo, a la vera de las favelas y de los niños con metralletas que atracan en los semáforos, Alonso entendió la situación al primer vistazo. El bisoño Hulkenberg, propietario de la 'pole', fue un flan blandito frente a la maquinaria de Vettel y Webber. En un abrir y cerrar de ojos la carrera tenía mal aspecto para el asturiano, quinto por detrás del dúo calavera, el alemán y Hamilton.
Ahí mezcló la perspicacia y el arrojo. Expuso a las claras una vena hinchada y se abrió paso a codazos. Cargado el vagón del metro hasta las pestañas, consiguió su propósito. Se deshizo de Hamilton por los viejos tiempos y atentó contra Hulkenberg con fina cautela de cazador. Evitó el riesgo de un accidente y quince minutos después, llegó al máximo de sus posibilidades, el tercer puesto.
Satisfecho
Obstinado en alcanzar la posición más rentable para sus intereses, encendió entonces la calculadora. Ya sabía que el segundo puesto en Abu Dhabi le puede entronizar. No es que despreciase la idea de enganchar a los Red Bull, es que no pudo. Y ante una muralla, lo mejor es rodear.
Cuando los coches energéticos entraron en el garaje para cambiar los neumáticos, ya fueron inalcanzables. A una distancia de catorce segundos, tampoco buscó Alonso exprimir al Ferrari hasta la extenuación. Mantuvo el tono ante Vettel y Webber y alejó lo suficiente a Hamilton para que no le molestase. Un accidente del Force India de Liuzzi depositó al coche de seguridad en pista y con el pelotón agrupado no se alteraron las posiciones a pesar del chocolate que había con los doblados. El español apretó a Webber en el tramo final, más por incordiar en busca del error ajeno que otra cosa, pero el australiano se mantuvo sólido hasta la última raya y no dio opción alguna.
Ganó Vettel, el preferido del dueño, pero Alonso se marchó de Brasil con una sonrisa entre la comisura de los labios. Lo tiene ahí, a vista de catalejo y con todos los designios astrales señalando a su tercera coronación en el deporte que no hace mucho era semi clandestino en España.
Red Bull, campeón
El Gran Premio de Brasil sí que sirvió para dilucidar el campeonato de constructores. La sensacional temporada protagonizada por Red Bull les ha merecido el título a falta de una carrera, el primero en su joven historia.
Entre Vettel y Webber han logrado este año 14 de las 18 'poles' disputadas y han ganado siete grandes premios (4 del alemán y tres del australiano). La escudería de la bebida energética sucede en el palmarés a Brawn GP, en la actualidad Mercedes GP.