«Ha sido muy emocionante»
Menos público del previsto en el recorrido papal por Barcelona
BARCELONA Actualizado: GuardarMaría Teresa Avellana no ha podido darle la mano, pero casi. Ella ha sido uno de los 1.250 afortunados que han presenciado el Ángelus a poco más de 10-15 metros del altar papal. "Ha sido muy emocionante", ha dicho nada más despedir al Pontífice. Un sobrio palio adornado de flores blancas ha servido al Papa para dirigirse a sus fieles en el exterior de la Sagrada Familia. Tras casi tres horas de misa, la explanada del templo expiatorio casi se ha venido abajo cuando Benedicto XVI se ha acercado a sus fieles. Fotos, saludos, sonrisas, cánticos y sobre todo aplausos. 'Viva el Papa', ha sido el grito de guerra de la mañana. 'Se nota, se siente, el Papa está presente', han gritado miles de barceloneses y personas procedentes de toda España con la misma fuerza que 'sí, sí, sí, el Papa ya está aquí'.
Antonia Ortiz, monja franciscana, ya le ha visto cinco veces, aunque ha asegurado que esta ocasión ha sido especial, porque ha podido entrar al interior de la Sagrada Familia. "Estoy impresionada", ha expresado. Joan Marqués sólo tiene 21 años y ya ha podido ver al Papa dos veces. "La primera vez fue en Roma, pero no es lo mismo, allí es fácil verle, no tiene ningún mérito porque puedes verle cualquier domingo del año", ha dicho. "Aquí, en cambio, lo he vivido mucho más, es una oportunidad única de presenciarle en casa", ha asegurado. Inés Villo también se ha emocionado, sobre todo "cuando ha cantado la juventud". "Es una sensación que hay que vivirla, lo siento muy dentro", ha afirmado. Sólo ha puesto una pequeña pega: el 'papamóvil' ha circulado demasiado rápido.
Ante la ausencia de quejas, quizá la única ha sido el exceso de celo policial, la alta velocidad del vehículo papal ha sorprendido a los miles de barceloneses que desde primera hora se han acercado a los 3,5 kilómetros de calle por los que ha pasado el Papa. A esa velocidad, más de los 15 km/hora previstos, los fieles no han podido ni pestañear, porque con un pequeño despiste podían perderse la imagen que llevaban meses esperando. Alguno incluso ha comparado el paseo papal con la etapa del Tour de Francia que el año pasado terminó en Barcelona. “Ha pasado tan rápido que no me he enterado de nada”, ha dicho Francesc López.
A pesar de su animosidad, la afluencia en las calles de Barcelona ha quedado lejos de las previsiones municipales, que esperaban 400.000 personas. Ni mucho menos. Las primeras estimaciones del ayuntamiento hablan de 250.000, con tramos en los que había más bien poco público. Pero como decían ellos mismos, lo importante no es la cantidad, sino la calidad.