El Xerez no pasa del empate
El Xerez mostró sus dos cara; , arrancó con una gran intensidad, pero en el segundo tiempo no supo sacar partido a la superioridad numérica
Actualizado:Entre el doctor Jekyll y el señor Hyde. Este Xerez no acaba de definirse. Ya lo dijo su propio entrenador: «Este equipo tiene dos caras». Lo mismo encadena cuatro victorias, realiza un buen juego y hace soñar a su afición, que sale goleado, no es capaz de dar dos pases e irrita a la grada de Chapín. Ayer tocó un poco de cada, mitad y mitad, un poco de caviar estropeado con un vino picado. El Xerez arrancó bien, con ganas de agradar, con intensidad, con el objetivo de lavar su sucia imagen. Pero precisamente esa presión por hacer feliz a su afición fue la que le llevó al final a la precipitación, a las prisas y a los errores que volvieron a destapar a la fiera que destroza todas las ilusiones del xerecismo.
Evidentemente todo venía marcado por el ridículo de Los Cármenes. La calma que precede a la tormenta dejó ver las primeras víctimas de la bochornosa goleada de la pasada jornada. Javi López ya había avisado que habría cambios y fueron dos los hombres que salieron del equipo inicial -pues no habría que tener en cuenta la ausencia de un David Lombán que tuvo que ver el partido de la grada por culpa de la quinta cartulina amarilla- : Lledó y Héctor Font fueron los señalados por más que el técnico del Xerez recordara que las variantes llegaron «independientemente del resultado en Granada». En principio parecían menos permutas de las esperadas, pero lo cierto es que la fisonomía del equipo cambió bastante pues Mendoza regresó a la alineación para permitir que Raúl Llorente adelantara su posición. De esta manera, la banda izquierda quedaba bastante reforzada defensivamente pues estuvo formada por dos hombres de talante defensivo.
El doble pivote no cambió finalmente de nombres, pero si de actitud y de juego, pues durante muchos minutos Cordero y Barber aportaron la distribución y los robos de balón que se les exigen a la parejas de medio centros. Y la media punta también ofreció en el primer tiempo el desborde, la velocidad y las soluciones en ataque que se esperan de hombres técnicos como Pablo Redondo y Óscar Díaz. Al futbolista llegado del Recre se le vio con una especial motivación ante su ex equipo. De hecho, pudo marcar antes de que el crono alcanzara los veinte segundos de partido, pero una buena mano de Fabricio impidió que el Xerez se adelantara con un tanto tempranero. De cualquier manera, tampoco tardó mucho en tener frutos el intenso juego ofensivo de los azulinos. Heridos en su orgullo buscaban con verticalidad la portería del cuadro onubense. Encontraron el camino con balones a la espalda de la defensa y en uno de ellos Díaz le ganó la posición a Cabrera. El xerecista entró en el área por el costado derecho y pudo ceder a Pablo Redondo a pesar del penalti que le realizó el defensa recreativista. Pablo sólo tuvo que empujarla para poner por delante al Deportivo.
Con el gol llegó el primer punto de inflexión, pues el Xerez bajó un poco de revoluciones. Circunstancia que no desaprovechó el Recre para dar un paso al frente y pisar el área xerecista. Dani, muy pitado por su pasado cadista, tuvo el empate en una falta lateral. El delantero no supo aprovechar el despiste de la defensa azulina, que lo dejó totalmente solo en el segundo palo, y no encontró la portería en su remate de cabeza.
Sí que vio puerta un libre indirecto dentro del área -por cesión a Chema- que lanzó Aitor para que repeliera el muro humano fabricado por el Xerez. Pero no pudo evitar el portero azulino que el lanzador del Recreativo transformara un penalti tan riguroso como estúpido de Bermejo. Al filo del 40' los onubenses encontraban premio a su valentía y ponían las tablas justo ante del descanso. Momento clave, pues del vestuario salió el señor Hyde de azulino, un Deportivo al que le podía la presión, que no atacaba con criterio y que se despistaba en defensa. Había demasiadas prisas y ni los jugadores ni el técnico azulino tuvieron la capacidad ni el temple para tratar de sacar partido a la superioridad numérica (Rafita fue expulsado con más de media hora de partido por delante).
Chema se convirtió en el mejor del Deportivo y tuvo que actuar varias veces para salvar el empate, pues la pegada de los xerecistas desapareció por completo. Lo cierto es que el empate no terminó de ser malo, pero quizás lo más preocupante es la situación de ansiedad en la que parece haber entrado el equipo.