JOSÉ FRANCISCO PIÑERO SERVÁN
Actualizado:Tras medio siglo ejerciendo el ministerio sacerdotal, el padre Piñero mantiene intactas aquellas ilusiones que puso de manifiesto en su Primera Misa Solemne. Podemos afirmar que los ejes alrededor de los que giran toda su actividad pastoral son su plena identificación con los principios evangélicos, la fidelidad a la Iglesia, el amor a sus gentes y la devoción por su tierra. A pesar de que, como todos sus compañeros, él ha sufrido los empellones de los continuos cambios extra e intraeclesiales, este isleño entusiasta y esperanzado, ha sabido mantenerse en pie apoyado en sus sólidas convicciones evangélicas, en sus compromisos eclesiales y en su voluntad de servir a su pueblo. Hemos de reconocer, sin embargo, que su entusiasmo sacerdotal no es una momentánea e ingenua exultación sino un estado de ánimo permanente que está cimentado en la firme confianza de la validez actual de los valores permanentes que él sigue cultivando. No es sorprendente, por lo tanto, que desde su juventud, el padre Piñero asumiera las tareas sacerdotales como la respuesta generosa a una llamada ineludible, como la entrega a una misión «sagrada», como el compromiso irrenunciable con sus gentes, como un destino insoslayable, fijado de una manera providencial. Dotado de una acusada personalidad, no sólo aplica sus sólidos criterios con rigor, sino que demuestra una sorprendente habilidad para distinguir los acontecimientos importantes -esos que deben dejar huellas-, de los episodios intrascendentes -esos otros de deben ser borrados de la memoria-.
En mi opinión, este 'cañaílla' nos lanza sus mensajes más elocuentes mediante el testimonio de una vida sencilla en contacto directo con los hombres y con las mujeres con los que convive, sus gestos abiertos son las manifestaciones transparentes de una esperanza alimentada de una oración sencilla y de un diálogo fraternal con la gente modesta. Es así cómo nos explica la grandeza de la fe, de la solidaridad, del amor y de la coherencia. Es una llamada amable que nos estimula a la reflexión y al esfuerzo para que entendamos la vida examinando las vivencias más válidas e integrándolas en un proyecto convincente. Sincero, cabal y firme, iluminado por la fe y animado por la esperanza, el padre Piñero no necesita de peanas para ganar en estatura. Su talla posee las amplias medidas de su gallardía ante la adversidad y las anchas dimensiones de su entrega noble, alegre y generosa, a la misión que ejerce.