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Los servicios de rescate cubanos intentan apagar las llamas del aparato siniestrado. :: AP
MUNDO

Cuba minimiza una tragedia aérea

Presta más atención a la amenaza de un huracán que a los 68 muertos al caer un avión en el centro de la isla

MILAGROS LÓPEZ DE GUEREÑO CORRESPONSAL
LA HABANA.Actualizado:

El inminente paso del huracán Tomás por el oriente de Cuba eclipsó en los medios de comunicación cubanos, todos oficiales, una de las peores tragedias aéreas ocurridas en la isla comunista. El siniestro se produjo la pasada madrugada cuando un avión de turbohélices de la compañía AeroCaribbean se desplomó en una zona boscosa y de difícil acceso situada en la provincia de Sancti Spíritus, en el corazón de la isla. Murieron los 68 ocupantes; 33 pasajeros y siete tripulantes cubanos y 28 extranjeros de diez nacionalidades, entre ellos el turista español Manuel González Asensio.

El vuelo 883 de AeroCaribbean cubría a diario la ruta entre Santiago de Cuba y La Habana, y dos veces por semana -el jueves fue uno de esos días- extendía su recorrido hasta Puerto Príncipe, la capital de Haití. Una nota oficial informaba del accidente cerca de las nueve de la noche del jueves, las tres de la madrugada en España. En el comunicado se precisaba que el piloto comunicó a la torre de control «una situación de emergencia» a las 17.42 horas (23.42 hora española). Luego perdió todo contacto.

A medianoche otro boletín daba la lista completa de los pasajeros y poco poco después confirmaban que no había supervivientes. Todas las víctimas están siendo trasladadas al Instituto Nacional de Medicina Legal de La Habana para su identificación. De los que apenas se sabe nada es de los pasajeros cubanos. De confirmarse que el vuelo procedía de Haití, es previsible que entre las las víctimas mortales haya médicos.

También por las coincidencias de los apellidos se puede deducir que en el avión siniestrado viajaban familas enteras. El transporte aéreo nacional es caro, pero los ciudadanos que tienen que hacer recorridos largos -entre ambas ciudades hay casi mil kilómetros de distancia- y pueden permitírselo suelen elegir el avión para desplazarse y así ahorrar tiempo.

«Venía bajito»

Hasta el mediodía de ayer, la televisión nacional mantuvo informativos especiales con el tema casi exclusivo de la llegada del huracán Tomás, el primero que azota la isla en esta temporada ciclónica a punto de concluir. La única referencia a la tragedia aérea era el comunicado del Instituto de AeroCuba minináutica Civil de Cuba, acompañado de algunas imágenes de la noche pasada, en las que se podía ver a los bomberos tirando agua para apagar el fuego, soldados y socorristas sacando lo que parecía un cadáver en una bolsa y algunas fotos que aparecieron en la página web de Cubadebate.

Los dos principales diarios nacionales, 'Granma' y 'Juventud Rebelde', reproducían la nota y la lista de pasajeros sin fotos. Los vecinos de Guasimal, a unos cinco kilómetros de donde se estrelló el aparato de turbohélice ATR-72-212 abrieron camino a machetazos para ayudar a los posibles supervivientes. Miguel García, un mensajero de 69 años, explicó a los periodistas desplazados hasta allí que muchos residentes se asustaron porque el avión «venía bajito, maniobrando». Tras caer a tierra sintieron una explosión. Las llamas tardaron horas en apagarse, lo que dificultó las tareas de rescate de los cuerpos.