Al menos seis muertos en Haití tras el paso de 'Tomás'
Las autoridades confían en que lo peor ya haya pasado, a pesar de que permanece la alerta por la llegada de fuertes precipitaciones
PUERTO PRÍNCIPEActualizado:Las autoridades haitianas se afanan por llevar ayuda a los afectados por el huracán 'Tomás', que ha dejado seis muertos y cuantiosos daños materiales antes de perder fuerza y convertirse de nuevo en tormenta tropical.
La Dirección de Protección Civil ha informado de que el fenómeno ha dejado, además, dos personas desaparecidas y once heridas en varios departamentos del país que, en principio, necesita catorce millones de dólares para atender las necesidades causadas por 'Tomás'. La ONU ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para obtener dichos recursos, según han anunciado las autoridades haitianas.
'Tomás', que se aleja de Haití en dirección noreste tras degradarse a tormenta tropical, ha descargado fuertes precipitaciones a su pasó por el país, donde 45 casas han sido destruidas y diez han resultado dañadas, mientras que 18.000 personas han sido evacuadas en diversos departamentos y 14.000 están en albergues temporales, según ha indicado Protección Civil.
El primer ministro haitiano, Jean Max Bellerive, ha dicho que la situación está mejorado, por lo que las autoridades han decidido retomar los vuelos cancelados en los diferentes aeropuertos locales. Bellerive ha informado también de que en las próximas horas se eliminará la alerta declarada por 'Tomás', ahora que ha empezado a perder intensidad y a alejarse del Caribe.
Dificultades en los campos de refugiados
Durante la noche, muchas regiones del país recibieron abundantes lluvias, por lo que se temen nuevas inundaciones que se sumarían a las ocurridas ayer en la zona sur y suroeste del país. Cientos de miles de personas que viven bajo carpas en campos de desplazados desde el devastador terremoto del 12 de enero han sufrido con especial impacto las lluvias. Algunas personas se han quejado a través de los medios de comunicación de la precariedad de estas carpas, en muchos casos rotas. Sin embargo, no han querido moverse, tal y como recomendó el Gobierno, para no arriesgarse a perder lo poco que les queda.
En Artibonite (norte) y Plateau Central (este), que actualmente presentan brotes de una epidemia de cólera, también se estima que las precipitaciones podrían ser importantes. "Hay que reducir el sufrimiento de la población damnificada", ha manifestado en rueda de prensa Yolène Surena, de Protección Civil. La funcionaria ha explicado que Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales evalúan los daños causados para brindar "una óptima respuesta" a la situación creada en el país a raíz del paso del huracán.
Varios campamentos de refugiados han resultado inundados, ha informado Surena, quien ha añadido que la Cruz Roja está repartiendo sábanas y agua a los afectados. Muchas calles están repletas lodo, piedras y basura arrastrada por los aguaceros que, en combinación con los vientos intensos, han arrancado una gran cantidad de árboles.
Surena ha comunicado que en distintos lugares, entre ellos campamentos, se están instalado recipientes para el lavado de las manos como medida de precaución para evitar la propagación del cólera en el país que ya ha causado 442 muertes. La funcionaria ha informado, además, que una misión encabezada por el presidente del país, René Préval, se ha trasladado a Les Cayes (sur) para planificar las actividades de socorro y el restablecimiento de la comunicación terrestre junto a las autoridades locales y equipos de Protección Civil. "No podemos llevar la asistencia a la población si no se restablece la comunicación vial", ha reconocido.
El primer ministro ha llamado a los evacuados a permanecer en los albergues hasta que la Dirección de Protección Civil emita la orden de salida. Bellerive ha dicho que la situación máxima de peligro ya ha pasado, pero que persisten riesgos de inundaciones y derrumbes de tierra. El primer ministro ha admitido que el nerviosismo se ha apoderado de muchos de los refugiados, algunos de los cuales han protestado por permanecer en los campamentos diez meses después del devastador seísmo del 12 de enero que mató 300.000 personas en el país. Sin embargo, ha precisado que aunque la situación es difícil, "no mejorará con manifestaciones y conflictos. Vamos a ocuparnos de cada zona en dificultad", ha remachado.