Todo menos ser gay

Podía hablar hoy de Letizia. De su gesto solemne y como ausente cuando tocaba aplaudir. Sería un hartazgo comentar su delgadez y sus tacones, pues como ella, muchas son las que llevan centímetros en sus zapatos; y sobre los kilos de menos, nada que objetar pues será de constitución o de quemar calorías de tanto trasiego. A mí me gusta y creo que además lo está haciendo como una profesional. ¿No decía eso de la Reina don Juan Carlos?. Por cierto, que mi hijo, cuando escuchaba la noticias en TVE, decía orgulloso: «¿Has visto como no añaden Cádiz o de la Frontera?, con decir 'los Príncipes están en Jerez' ya todo el mundo saben dónde es». Hasta aquí, por mi parte, la visita.

Ahora no me resisto a evidenciar la actitud de un presidente de Gobierno. Un tal Berlusconi dijo: «Es mejor tener una relación con menores de edad que ser gay», después le aplaudieron la gracieta y le rieron la fatal ocurrencia.

Me pregunto; si acostarse con niñas está penado, ¿qué hace este hombre en la calle y sobre todo qué hace este macarra llevando las riendas de un país y dirigiendo la vida de los italianos? Y el acabose, el colmo, el sumo fue que lo votaron por segunda vez. ¡Con lo que me gusta Italia y los italianos, claro que ya se ve que no todos. ¿Se acuerdan cuando viró su extraña y operada cara a según él «el ministerio rosa de ZP»?.

También recuerdo la foto de un Berlusconi con los brazos abiertos para saludar a Obama, mientras éste, con gesto frío, le tendía la mano y Michele, le miraba seria y distante.

Este hombre de dudosa vida privada y pública se atreve a insultar y despreciar a quien se refiere; a los homosexuales, basando su hombría en acostarse con menores. Cada vez me reafirmo en la idea de que donde más ineptos hay es en política. Si se puede llamar política a lo que hace, él y otros.

Con todo, el colectivo gay habrá pensado (no les he oído quejarse) que ofende quien puede no quien quiere y este sujeto ya ni ofende. La gente se ríe, aplaude, el mundo consiente y ellos se crecen y siguen chuleando con bravuconadas de tiempos que pensábamos teníamos olvidados. Aquí también tenemos algunos de estos.