La Policía Local reclama a golpe de pitada el cobro de los eventos
El SIP acudió ayer a la Atalaya para increpar a la alcaldesa, aunque su protesta fue boicoteada por compañeros de la Policía Nacional
JEREZ.Actualizado:Hacía meses que el Ayuntamiento de Jerez se estaba librando de la ira del Sindicato Independiente de la Policía Local, cuyas reivindicaciones habían sido silenciadas por las protestas originadas por el retraso de las nóminas. Sin embargo, los agentes han perdido ya la paciencia y ayer volvieron a la carga aprovechando la entrega de los Premios de las Bellas Artes en la ciudad, que intentaron empañar con una sonora pitada a la alcaldesa.
La concentración a las puertas del Museo de la Atalaya que protagonizaron una treintena de funcionarios, no obstante, fue boicoteada por sus compañeros de la Policía Nacional, que los escoltaron hasta una esquina de la calle Lealas donde permanecieron vigilados por un furgón. En esta ocasión, las quejas del SIP iban enfocadas al retraso en el pago de los eventos trabajados por los agentes, ya que a la práctica totalidad de la plantilla se le adeudan unos 800 euros por persona relativos a las horas extra desarrolladas durante el Gran Premio de Motociclismo y la Feria.
Lo cierto es que desde el SIP llevaban un tiempo recordando esta circunstancia, pero hasta el momento se habían mostrado condescendientes y comprensivos con la situación por la que atraviesan las arcas municipales. El argumento era que en estos momentos a la plantilla le preocupaba más percibir sus salarios en tiempo y forma que liquidar una cuenta puntual con el Ayuntamiento.
Ahora parece que las cosas han cambiado y el tiempo apremia, como así corroboraron ayer fuentes del sindicato, que justificaron en la cantidad de meses transcurridos el hecho de que hayan retomado las movilizaciones. «Estamos viendo que se termina el año y no se cobra -declararon-, y lo que nos tememos es que lleguen los eventos de 2011 y tengamos que hacerlos sin haber cobrado».
Lo peor de todo, como aseguraron, es que tampoco existe intención ninguna por parte de la alcaldesa de abonar lo debido, por lo que no van a cejar en su empeño hasta conseguir que se dé respuesta de una vez a sus demandas. «Somos padres de familia y queremos cobrar como cualquier otro trabajador. Es un dinero trabajado, como no lo consigamos volveremos a lo mismo».
Con estas palabras, los funcionarios amenazaron con retomar el rosario de protestas que llevan abanderando desde que la delegada de Seguridad, María del Carmen Martínez, accedió al cargo. Y es que su descontento no se limita al retraso en el pago de los eventos. Como recordaron, los medios materiales de los que dispone el Cuerpo siguen dejando mucho que desear y, a día de hoy, el problema no ha hecho sino empeorar.
En la actualidad, son tres coches los que patrullan una ciudad de casi 210.000 habitantes que debería contar al menos con seis o siete, lo que hace que algunos deban ejercer la vigilancia a pie. Las parejas de policías continúan compartiendo emisoras y la mayoría de motocicletas arrastra una antigüedad de diez y doce años. Un panorama poco halagüeño por el que los agentes seguirán luchando sin tregua.