España intenta preservar su neutralidad sobre el Sáhara pese a la presión marroquí
El ministro de Asuntos Exteriores magrebí arremete contra la prensa española, a la que acusa de provocar las crisis diplomáticas entre los dos países
MADRID.Actualizado:Trinidad Jiménez recurrió a Miguel Ángel Moratinos para explicar, en presencia del ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, la postura de equidistancia de España con respecto al conflicto del Sáhara occidental. La jefa de la diplomacia española bandeó como pudo la tensión que presidió ayer la conferencia de prensa que ofreció junto a Taib Fassi Fhiri, sobre todo ante las invectivas del representante del país vecino contra la prensa.
Jiménez realizó una exposición sobre el contencioso saharahui -que se remonta a la salida de España de su antigua colonia en 1975- que se prestó a interpretaciones dispares sobre la postura del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero.
La titular de Asuntos Exteriores, para evitar malentendidos, enfatizó que España mantenía el mismo criterio que defendió durante seis años su antecesor: ni alinearse con el plan de autonomía para la región que impulsa Marruecos ni apoyar las aspiraciones independentistas del Frente Polisario. «Solo podemos acompañar -dijo la ministra- no debemos decir cuál es la mejor solución. La mejor solución es la que sea fruto del acuerdo».
Abundó en que el Ejecutivo socialista apuesta por una salida «negociada, justa y equitativa», que dé «satisfacción a las legítimas reivindicaciones de ambas partes». Y, sobre todo, que respete las resoluciones de la ONU. Fassi Fihri, que respondió de forma directa y contundente, aseguró que el objetivo del «Marruecos moderno» es alcanzar una salida «dialogada», pero siempre desde lo que definió como una óptica realista.
Lo que irritó al dirigente marroquí fue una interpelación sobre el derecho a referéndum del pueblo saharaui. «Para hacer una pregunta al ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos debe tomarse la molestia de leerse las resoluciones de Naciones Unidas», respondió molesto. Naciones Unidas, explicó, «nunca habla de referéndum» sino de «solución política negociada». Fassi Fihri retó a la informada periodista que había hecho la pregunta, a la que acusó de «no decir la verdad» de buscar en dichas resoluciones el término referéndum.
Esta fue la tónica de la intervención del ministro marroquí, que llegó a culpar a los medios de ser los responsables de la mayoría de las crisis entre ambos países y de evaluar «con mala óptica» los problemas que afectan a Madrid y Rabat. Y defendió el «Marruecos actual, que evoluciona y se mueve, aunque eso parece que ustedes -en alusión a los periodistas- no quieren ver».
Fassi Fihri se comenzó a enervar cuando saltó a la palestra la falsa noticia, difundida por la agencia oficial de noticias marroquí, de la muerte de un menor musulmán en los incidentes ocurridos este fin de semana en Melilla. Explicó que él vio por televisión a un joven musulmán de Melilla «que dijo haber visto a otro compañero en el suelo con los ojos cerrados». Reconoció, eso sí, no «tener ninguna prueba» de que hubo un muerto en Melilla, versión que, por lo demás, niega con rotundidad la Policía española. «Esa información quizás no sea veraz», sentenció Fassi Fihri en francés, idioma con el que respondió a las preguntas pese a que habla un español muy fluido.
Joven abatido
Sin embargo, no se refirió a Nayem el Gareh, el joven saharaui que presuntamente fue abatido por el Ejército marroquí cuando el todoterreno en el que circulaba se saltó un control al salir del campamento improvisado de Agdaym Izik, situado a 15 kilómetros al este de El Aaiún.
Pero cuando el canciller marroquí dio muestras de estar encrespado de verdad fue cuando se le solicitó que que explicara los motivos que llevan a su país a impedir la presencia de corresponsables en ese campamento cercano a El Aaiún. Fassi Fihri achacó la prohibición a problemas de «seguridad». Lo que criticó con dureza es que «periodistas españoles se hayan disfrazado de mujer» para acceder a este enclave y que solo se cuente la versión de los manifestantes. «No he leído en la prensa española que el Gobierno marroquí apuesta por el diálogo y no utiliza la fuerza para reprimir una acción ilegal».