Zapatero reclama que se cierre el guirigay sobre Batasuna que él mismo abrió
El jefe del Ejecutivo asegura que aplicará a «rajatabla» la Ley de Partidos porque «si Batasuna tiene prisa, el Gobierno, no»
MADRID.Actualizado:José Luis Rodríguez Zapatero llegó ayer al Senado con el objetivo de cerrar la polémica sobre la posible legalización de Batasuna que él mismo abrió hace 13 días, cuando afirmó en la Moncloa que los movimientos de la izquierda 'abertzale' para alejarse de ETA no serán «en balde». Unas palabras que abrieron una espiral de declaraciones y especulaciones que no ha parado de crecer, con posturas contradictorias entre miembros del Ejecutivo y del PSOE, con una clara tensión en el pacto PP-PSE que sostiene al Gobierno vasco, y con todas las alarmas encendidas entre los populares, cuyos líderes comunicaron al Gobierno que si Batasuna participa en las municipales de 2011 sin que ETA haya dejado las armas el pacto antiterrorista saltará por los aires.
El presidente del Gobierno reclamó a los socialistas y a la oposición el cierre del debate sobre Batasuna para no confundir a los ciudadanos y «no crear ninguna expectativa distinta de la que marca la ley» entre la izquierda 'abertzale'. Lo hizo en respuesta a una pregunta de la senadora de Unión del Pueblo Navarro, Mar Caballero, quien le reprochó sus palabras pues dejó la sensación de «moverse en aguas poco claras» respecto al mundo de ETA, una actitud, dijo, «irresponsable».
Zapatero, a cambio de su petición de cierre de la polémica y para clarificar del todo su posición, aseguró que no hay cambios en la política antiterrorista orientada a lograr el final de ETA sin concesiones y que el Gobierno cumplirá «a rajatabla» con la Ley de Partidos, que sólo da dos opciones para el retorno a la legalidad: «O Batasuna rechaza y condena la violencia de ETA o ETA desaparece». Cumplir con alguna de las dos opciones, dijo, es el único camino que tiene para retornar a las instituciones. «Si Batasuna tiene prisa el Gobierno y los demócratas no la tenemos», advirtió el presidente a la izquierda 'abertzale' antes de añadir que «la única prisa es cumplir con la ley, acabar con la violencia y dar respaldo a la memoria de las víctimas».
El jefe del Ejecutivo reprochó a sus críticos que se quedasen solo con el «no será en balde» sin reparar en lo que había dicho justo antes, que era «lo importante», porque tachó de «insuficientes» los movimientos hechos por la izquierda 'abertzale' para romper con ETA. Ayer, en la misma línea, señaló que «aunque hemos oído cosas a Batasuna que no habíamos oído antes, y que pueden tener consecuencias, no valen» para variar su exclusión de la vida política e institucional.
Zapatero realizó un «llamamiento general» a que los demócratas «estemos más unidos que nunca» porque gracias a esa estrategia y al trabajo de policías, tribunales y países amigos se ha alcanzado el momento de «máxima debilidad y aislamiento» de la banda, que ha sido descabezada en cinco ocasiones en tres años. Pidió, por tanto, «altitud de miras» y «perseverancia» en la unidad y aconsejó «no abrir debates entre nosotros, que debemos escuchar y saber escuchar».
El presidente no pudo ocultar su enojo con la réplica de Caballero, quien, además de decirle que « suena todo muy mal» y que las prisas pueden conducir a «errores del pasado», advirtió a Zapatero de que no trate «ni por asomo» de tapar la crisis con el final de ETA, «de buscar atajos para colocarse la medalla de terminar con el terrorismo».
«Una victoria de todos»
La contestación del jefe del Ejecutivo fue que «jamás» ni él ni el PSOE han buscado réditos políticos con la lucha contra ETA y pidió que «asumamos todos de una vez que el sufrimiento del terrorismo es de todos y la victoria final contra ETA será también de todos, más allá de quien esté en el Gobierno». «Me preocupa que algunos de ustedes digan eso, porque el terrorismo debería estar siempre fuera de la confrontación política», concluyó.
El PSOE remachó unas horas después el compromiso de «tolerancia cero» contra ETA predicado por Zapatero en la cámara con su apoyo a una moción de la propia Caballero, que reclama al Gobierno la lucha incondicional contra la banda, denuncia a los partidos democráticos que lleguen a acuerdos con los ilegales y exige llegar hasta el final para que los terroristas no puedan burlar la ley y entrar en las instituciones en los próximos comicios.
El PP, que se quedó fuera del debate al tratarse de iniciativas de UPN, afirmó a través de Javier Arenas, que Zapatero «no ha estado muy convincente» al asegurar que el Gobierno no tiene prisa en que Batasuna regrese a las instituciones. Su posición es idéntica a la de los últimos días: Batasuna no puede estar en las urnas salvo que ETA desaparezca. No bastan las rupturas verbales con los terroristas porque «no nos podemos dejar engañar», y avisó al Ejecutivo: «En esos anzuelos no se puede picar».