Malaespina: un pulso al cambio global

Desde su modesto despacho en el Instituto de Investigación de la Universidad de Cádiz, Juan Ignacio González Gordillo se prepara para participar en uno de los proyectos oceanográficos más ambiciosos realizados por científicos españoles. Dentro de algo más de un mes se embarcará en el Hespérides, el buque de la Armada que durante medio año recorrerá los océanos de todo el mundo para realizar el mayor muestreo jamás hecho hasta ahora de las aguas más profundas del planeta. Será dentro de la expedición Malaespina 2010, una circunnavegación liderada por el CSIC que partirá precisamente desde Cádiz el 14 de diciembre.

El biólogo acaba de patentar un invento que tendrá un papel importante en el proyecto, que pretende analizar la biodiversidad y evaluar el impacto del cambio climático en los océanos. González Gordillo y su equipo del Grupo de Ecología de la UCA han diseñado un sistema que optimiza la toma de muestras de plancton, a través de la combinación de los dos sistemas tradicionales, las botellas oceanográficas que usan los buques y recogen 12 litros de agua y las redes de plancton.

Su compañero, el también biólogo Fidel Echevarría, resume las claves y los objetivos de la expedición, que toma el nombre de la realizada hace 200 años por Alejandro Malaespina (1789-1794), la gran aportación de España a las grandes excursiones científicas de la Ilustración. La contribución de la UCA se basa en el «estudio del zooplancton y en la formación de investigadores». Y es que entre los 250 científicos que participan en esta aventura, hay un grupo importante de estudiantes procedentes de varias universidades españolas, entre ellas la de Cádiz. «Tres alumnos del Máster de Oceanografía participarán en algunos de los tramos de la campaña», explica Echevarría. «Para los estudiantes es una oportunidad única», coinciden ambos biólogos. «La idea es que el barco sea una especie de buque-escuela». Así en el viaje de vuelta, el buque alojará una universidad flotante destinada a la formación de los alumnos de Oceanografía.

La misión de Malaespina será analizar la biodiversidad, los pequeños organismos marinos, y evaluar el impacto del cambio global en los mares. «Son evidentes las modificaciones que ha experimentado la biosfera en los últimos años», reconoce Echevarría. «Se puede medir a través de la temperatura del agua y el análisis del carbono». Así, los investigadores estudiarán las corrientes y los balances de calor para sopesar la gravedad del impacto de la mano del hombre en los fondos marinos.

Está previsto que se realicen 70.000 muestras de aire, agua y plancton en 300 estaciones de todo el globo. «Nunca se ha explorado el océano profundo como lo vamos a hacer nosotros», asegura González-Gordillo. «Vamos a trabajar en la columna de agua que va desde la superficie hasta una profundidad de 4.000 metros». Las incógnitas son muchas pero el entusiasmo de sus protagonistas es notable, ya que los grandes descubrimientos están asegurados.

Este equipo gaditano, en el que figuran también los investigadores Andrés Cózar y Reyes Sánchez, cuenta con otro punto a su favor y es que ha sido elegido para custodiar la 'colección Malaespina', una parte representativa de todos los organismos recogidos durante la travesía, así como de sustancias químicas. «La UCA tiene el compromiso de guardarla durante 30 años y servirá para dar pie a muchas investigaciones después de la expedición», apostilla Echevarría.

Está previsto que la circunnavegación termine en julio y se divide en seis tramos. Los investigadores se irán relevando en el Hespérides. Así, la primera ruta unirá Cádiz y Río de Janeiro, y las siguientes escalas serán Ciudad del Cabo, Perth, Sidney, Honolulu, Cartagena de Indias y Cartagena. Junto al buque de la Armada, viajará otro barco, el Sarmiento de Gamboa, que saldrá en enero de las Palmas de Gran Canaria con rumbo a Santo Domingo.