LA MAÑANA DE ELDRICK

Imaginaos un despertar cualquiera en un lunes cualquiera en la vida de Tiger Woods durante los últimos cinco años y medio. Podemos pensar en una cama amplia, un desayuno completo, un batín de seda o uno de esos hoteles de lujo en los que las estrellas superan los dedos de una mano. No entraremos a valorar quien o quienes podrían haber tenido el privilegio de compartir estos momentos con el que para muchos es el mejor golfista de todos los tiempos, que no está la cosa como para ahondar demasiado en la vida sentimental del bueno de Eldrick. Olvidémonos de cualquier atisbo de monotonía y regularidad más allá de la que le otorgaban su bolsa de palos y comprobar una semana más que aparecía cómo número 1 del ránking mundial. Pues bien, hoy algo cambiará en ese modelo de mañana que hemos trazado en estas primeras líneas. El 'tigre' abandonará su reinado por primera vez en las últimas 281 semanas. Puede ser algo anecdótico porque su regreso dentro de unos días en Shanghai podría devolverle de nuevo al que ha sido su lugar natural desde que en 1997 sorprendiera al mundo ganando el Masters de Augusta de manera incontestable con tan solo 21 años y se convirtiera en el golfista más joven en ganar un major, con la mayor diferencia de golpes y el marcador más bajo; pero me sirve para ensalzar la figura de un deportista cuya presencia en el mundo del golf revolucionó el juego y produjo más interés hacia este deporte. La influencia de Tiger Woods causó que los premios de los torneos crecieran. Según la revista 'Forbes' la audiencia televisiva de los torneos de la PGA asciende más de un 30 por ciento cuando el está en el campo, lo que se traduce en un mayor interés de anunciantes y patrocinadores. Por eso cuando las lesiones o la necesidad de darse un respiro para aclarar su vida personal le han alejado de los greens todos hemos echado de menos saber algo más de esas mañanas de Eldrick. Eso sí, siempre con la bolsa de palos al hombro.