
El PP asume que el PSOE tratará de endosarle el sambenito de «la derechona»
La dirección popular vaticina que la estrategia del dóberman fracasará «porque los españoles ya saben cómo gobernamos»
MADRID. Actualizado: GuardarPreparados para abrir el paraguas, aunque convencidos de que esta vez la tormenta será pasajera e inocua, aunque molesta. La dirección nacional del PP tiene asumido que el PSOE, sobre todo tras el ascenso en el Gobierno de Alfredo Pérez Rubalcaba, intentará endosar a Mariano Rajoy todos los tópicos «obsoletos y extinguidos» de la 'derechona' más rancia.
Una estrategia de desgaste que, según Ana Mato, vicesecretaria general de Organización, «fracasará» porque los socialistas ya utilizaron esta misma munición durante los días previos a las generales de 1996 y sufrieron su primer gran revés electoral. Aquel año, una campaña propagandística comparó a José María Aznar con un perro dóberman que liquidaba el sistema de pensiones y congelaba el sueldo a los funcionarios.
Unas admoniciones que ya no asustan a nadie «porque los españoles ya saben cómo gobierna el PP», apunta Mato. En la dirección del partido cunde el convencimiento de que estas flechas errarán en la diana. Entienden que los ciudadanos «tienen presente» que ha sido José Luis Rodríguez Zapatero el que ha congelado las pensiones y ha rebajado el sueldo a los funcionarios y, lo que no es menos baladí, con el voto en contra del PP.
Los socialistas intentan, «pasto de la ansiedad por ir tan rezagados en las encuestas», embarrar la imagen del PP y de su líder, admiten fuentes de la dirección del principal partido de la oposición. Sostienen que no se trata de conjeturas, sino de evidencias. Una de ellas, las palabras del flamante vicepresidente primero en el Congreso, cuando acusó al PP de «intentar lavar su imagen de partido antisocial» con su oposición a la pérdida de poder adquisitivo a la que tendrán que hacer frente los jubilados en 2011.
La cúpula popular interpreta esta embestida como consecuencia de que en la dirección del PSOE ha escocido el mensaje, lanzado antes del verano por Dolores de Cospedal, de que el PP es «el partido social y progresista de España y, por lo tanto, el partido de los trabajadores», al garantizar la creación de empleo frente a un Gobierno socialista que ha generado cuatro millones y medio de desempleados.
Ana Mato niega que el PP haya radicalizado su lenguaje y su estrategia de oposición tras los relevos en el Ejecutivo. Explica, en referencia al marcaje que los diputados populares hicieron el pasado miércoles a Rubalcaba en el Congreso, que su partido lleva meses haciendo dos preguntas al ministro del Interior -una de ellas, relacionada casi siempre con el caso del chivatazo a ETA- y otra a la hasta hace unos días vicepresidenta primera. «No es culpa nuestra que Rubalcaba sea ahora vicepresidente primero y ministro del Interior», espetó Mato.
La base de las embestidas futuras de los socialistas estará, según analizan los populares, en «desenterrar» la dialéctica de izquierda y derecha. Y todo ello con el objetivo de que «no caerán» en ninguna trampa y mantendrán la proa en la creación de empleo y en «desenmascarar» los errores del Ejecutivo en materia económica.
Rajoy marcó de forma clara la partitura durante su discurso del pasado miércoles ante el Congreso Nacional de la Empresa Familiar al señalar que tras el relevo ministerial «veremos muchas maniobras de distracción y muchos señuelos». Advirtió, asimismo, de que «se hablará de cosas irrelevantes, pero que generan titulares». El presidente del PP prometió, en este mismo acto, que el PP se centrará «en lo importante, en la vida de la gente, de las personas que lo pasan mal».
Hechos menores
Los populares ven claros ejemplos en la táctica socialista de poner el «altavoz y los focos» en hechos que, en otras circunstancias, tendrían un recorrido menor, como el «exabrupto» del alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, quien confesó que cuando veía «los morritos» de Leire Pajín siempre pensaba en lo mismo. La dirección popular exigió al primer edil vallisoletano una «rectificación inmediata».
Unas excusas que, según fuentes del PP, han sido deliberadamente obviadas por los socialistas, a los que acusan, además, de emplear distintas varas de medir porque no pusieron el mismo entusiasmo en solicitar una rectificación a Alfonso Guerra o José Blanco cuando le dedicaron comentarios «despectivos» a Rajoy.
Otro patrón de la puesta en escena sería la aventura -literaria o no- que contó Fernando Sánchez Dragó sobre una relación sexual que mantuvo con dos adolescentes japonesas de 13 años. «Para el PSOE ya ni siquiera es importante si eso es verdad o no, sino que se centran en atacar a Esperanza Aguirre por mantenerlo como colaborador en Telemadrid», comenta otro dirigente popular.
Ana Mato lamenta que el Gobierno se dedique hacer «oposición de la oposición» con ministros «convertidos en portavoces de la desilusión y del paro», y que el PSOE solo busque cuestiones que «dividen» a los españoles. El PP mantiene su receta: reclamar elecciones anticipadas como «única» solución para que España salga de la crisis.