Rubalcaba y Griñán escenifican en San Roque la unidad de los socialistas gaditanos
González Cabaña y Pilar Sánchez comparten protagonismo en la fila de asientos, durante el primer acto público del nuevo hombre fuerte del Gobierno de Zapatero
SAN ROQUE.Actualizado:Un par de horas antes de que Graeme McDowell levantara su trofeo como vencedor del Valderrama Masters de Golf, apenas a unos kilómetros el flamante vicepresidente del Gobierno y ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, también celebraba su particular victoria.
Metafóricamente hablando, no cabe duda de que, la de ayer, se trató de una batalla ganada por el nuevo hombre fuerte de Zapatero, que fue capaz de reunir, y encima con buena cara, a la inmensa mayoría de cargos públicos, responsables orgánicos, y a casi 1.500 militantes y simpatizantes del partido de la provincia en el pabellón de deportes de San Roque.
Y es que las cosas no están en el seno del PSOE gaditano para tirar cohetes. El acorralado secretario provincial, Francisco González Cabaña, tuvo ayer sus minutos de gloria. En su intervención ante un público entregado de antemano, se mostró tajante, y aseguró que en su partido «no permitimos la corrupción». Cabaña alardeó, al minuto siguiente, de «no respaldar a candidatos tránsfugas», como a su juicio, sí hace el Partido Popular.
Por su parte, el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, tuvo un gesto inesperado con el benalupense, al reconocer públicamente que González Cabaña ha sido «una de las personas que más apoyo me ha dado en estos últimos días, que han sido difíciles». Se refería Griñán a la crisis originada por la reciente dimisión del vicesecretario general del PSOE andaluz, Rafael Velasco, que ha provocado un maremoto interno y una pequeña reorganización en la formación socialista. Por lo demás, el mitin de ayer celebrado en San Roque tuvo el morbo de ser el primer acto público que protagonizaba Rubalcaba desde su ascenso, y que, curiosamente, tuvo lugar en la provincia de su circunscripción y por la que es diputado.
Tras inaugurar la sede del PSOE en esta población, la comitiva se dirigió al acto con los simpatizantes. Allí, el ministro estuvo afable y risueño, y fue aclamado en todo momento por sus incondicionales. Rubalcaba no quiso entrar al trapo de las críticas de la oposición, pero lanzó los mensajes en clave económica, reformas laborales incluidas, que lleva semanas «tratando de explicar a los ciudadanos».
De lo que dijo, lo más destacado es la creación de la «nueva agenda social», que pondrá el énfasis en medidas para facilitar el empleo a los jóvenes y mayores de 45 años, y la certeza de que el país marcha «en la dirección adecuada» para salir de la crisis económica. El abrazo final escenificó la ansiada «unidad» a la que apeló Rubalcaba varias veces. Y es que no hay nada como un domingo entre compañeros, para impulsar una precampaña que se antoja complicada para el PSOE a todos los niveles.