La hermandad del Perdón mira con esperanza el futuro de la Ermita de Guía

No están confiados. Algunos incluso pensarán que es una nueva promesa que lejos de hacerse realidad, les condenará de nuevo al ostracismo en la Ermita de Guía, pero lo cierto es que las obras que perjudicaban los intereses de la hermandad del Domingo de Ramos han comenzado y, curiosamente, ha comenzado a llover en la ciudad. La misma lluvia que les hizo salir corriendo de la Ermita, la misma que les obligó a taponar las salidas naturales de los sanitarios para evitar inundaciones, la misma que se llevó por delante buena parte del patrimonio y las ilusiones de estos cofrades.

Los grandes problemas que asolaban a la hermandad del Perdón poco o nada tenían que ver con el inmenso edificio que se ha construido al lado de la iglesia. Mas bien ellos veían en esos cimientos los comienzos de una nueva vida pastoral, una en la que podrían buscar nuevos hermanos, nuevos devotos en una zona escasamente poblada y rodeada de bodegas. Los cofrades del Perdón no comprendían de problemas estéticos, por desgracia, sino de canalizaciones, evacuación de agua, salidas naturales de la misma, pendiente y desnivel... Problemas que deberían ser técnicos, pero a los que nadie daba una solución.

Pues la solución está llegando, ya que esta semana se ha llegado a un principio de acuerdo entre todas las partes que ha dado como resultado el comienzo de las obras en los alrededores de la Ermita de Guía. De hecho, ya se puede observar con claridad que el muro que separaba este enclave jerezano de la carretera ya se ha derribado, y se ha comenzado a trabajar en los terrenos que están justo frente a la puerta principal de la iglesia y de la casa de hermandad, una de las zonas que más se inundaba cuando llovía, y auténtico palacio para ratas y basura en los últimos meses.

Desde hace un tiempo, y gracias a las medidas que tomó la hermandad de sellar ventanas y puertas, los riesgos de inundaciones eran mucho menores, pero pese al comienzo de las obras, la intención es continuar en la Catedral hasta que la Ermita de Guía ofrezca una solución definitiva a los problemas de la corporación. Así se lo confirmó al obispo el hermano mayor del Perdón, Manuel Salado, y el prelado aceptó la propuesta. De hecho, desde entonces ha habido importantes cambios en la Catedral como la llegada de un nuevo deán y mayordomo y la salida de la hermandad del Mayor Dolor, pero la cofradía tiene claro que sólo saldrá del primer templo jerezano con la solución ya confirmada. No en vano, los cofrades del Perdón incluso alquilaron hace escasas fechas unas dependencias cercanas a la Catedral para poder hacer vida de hermandad, abandonando así temporalmente la Ermita de Guía.