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ESPAÑA

Los últimos días de un líder sindical

Camacho vivió sus últimos años lejos de su amado Carabanchel, pero siempre en compañia de su esposa Josefina Samper

ELISA GARCÍA
MADRID.Actualizado:

Los 92 años que cumplió en enero dejaron su huella en Marcelino Camacho, pero hay ideales que permanecen inalterables en su delicada memoria como «libertad» e «igualdad», mensajes que transmitió a los pensionistas de CC OO el pasado mes de mayo.

Autor de frases inolvidables y machaconas como la de 'Reagan-Rambo' para describir la prepotencia del fallecido presidente de los Estados Unidos, o la de que «España cuenta con ocho millones de pobres» para no olvidar que cuando todo el mundo parecía disfrutar del estado de bienestar y del consumo había gente que no tenía qué comer; inauguró el 20 de junio de 1985 las huelgas generales en la democracia. Fue una protesta contra la reforma de las pensiones que aplicó al Gobierno socialista de Felipe González.

Jubilado como fresador, Marcelino Camacho vivió durante décadas en el populoso barrio madrileño de Carabanchel. Habitaba en un tercer piso sin ascensor, circunstancia que cuando llegaron los tiempos duros para la salud apenas le permitía salir.

CC OO le rindió un homenaje público en 2007. Al final el propio sindicato se encargó de mejorar sus condiciones de vida. Le consiguió una casa, también sencilla y humilde pero con alguna comodidad más, en Majadahonda, cerca de sus hijos.

Todos los días miraba el periódico y contemplaba «lo bien cuidados que están los jardines de la zona». Los ideales sirven para mantener la ilusión, pero su mayor tesoro era Josefina Samper (Almería 1927), su compañera de siempre, que le cuidaba y le mimaba constantemente. Ella sí añora Carabanchel, porque en aquel barrio todos eran amigos; en el nuevo, «los vecinos nos conocen, pero nosotros a ellos no», comentaba.