El Gobierno respalda que Eguiguren testifique en defensa de Otegi

El Gobierno no se plantea la más mínima duda sobre la idoneidad de que el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, declare como testigo pedido por la defensa de Arnaldo Otegi ante la Audiencia Nacional. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, defendió ayer que en realidad no tenía otra opción. «¿Qué va a decir, que no va? Le han mandado una citación y cuando a alguien le citan tiene que ir; se llama colaboración con la justicia», espetó.

Podría haberse negado, aunque la decisión le habría acarreado una multa de entre 200 y 5.000 euros y, si los abogados de Batasuna insistieran en contar con su testimonio, sería acusado de desobediencia grave a la autoridad, delito que conlleva de seis meses a un año de cárcel.

De hecho, el propio Eguiguren dijo ayer en Bilbao que a él no lo ha citado ni Otegi ni su defensa. «Me ha citado el tribunal y tengo que ir a la fuerza, no vaya ser que, al final, Otegi acabe fuera y yo dentro», comentó. No obstante, defendió que el ex portavoz de Batasuna es un hombre que «quiere la paz» y ahora sería «mejor que estuviera fuera» , «haciendo política».

Un criterio que puede poner en peligro hasta la estabilidad del Gobierno vasco, según insinuó en Madrid el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons. El dirigente popular exigió al PSOE que Eguiguren comparezca como testigo, porque es su responsabilidad legal, pero que no declare en favor de Otegi «porque entonces los que estamos en la lucha contra el terrorismo, pensaremos que en el PSOE lleva en el ADN la traición y la mentira».