«Por suerte estoy en un momento en el que me llegan guiones y puedo decir éste sí, éste no»
La actriz protagoniza 'Los ojos de Julia', un thriller sobrenatural dirigido por Guillem Morales y con Guillermo del Toro en la producción que se estrena hoy
MADRID Actualizado: GuardarLa carrera de la actriz Belén Rueda sigue en ascenso imparable. Tras su salto al cine en 2004 en Mar adentro - junto a Javier Bardem y bajo la batuta de Alejandro Amenábar-, protagonizó El orfanato en 2007. Un éxito de taquilla que pretende repetir con Los ojos de Julia, un thriller sobrenatural dirigida por Guillem Morales en el que interpreta a Julia, una mujer que pierde la vista a causa de la misma enfermedad degenerativa que dejó ciega a su hermana, cuya misteriosa muerte investiga.
- Pregunta: ¿Cómo es tu nueva película, 'Los ojos de Julia'?
La verdad es que al ser un thriller psicológico, no es bueno contarlo todo. Sí que es un proyecto muy personal de Guillem Morales, en el que hay dos hermanas gemelas y una de ellas se suicida. Todo el mundo acepta esa versión pero a mi personaje, a Julia, algo le dice que no es así y comienza a investigar. El agravante es que ambas comparten una enfermedad degenerativa en la vista por la que van perdiendo la visión cuando sufren situaciones de ansiedad o estrés. En esta invetigación, según va Julia descubriendo cosas, va perdiendo vista y llega a perderla completamente. Habrá momentos en los que el espectador sentirá lo mismo que Julia, qué es vivir en la oscuridad cuando además te acecha un peligro.
- ¿Cómo se plantea un rodaje de estas características?
En este caso ha habido varias situaciones en el rodaje en las que teníamos que tener muy presente que aunque estamos hablando de la oscuridad, el espectador tenía que ver algo. Durante el rodaje sí que ha habido momentos más duros, sobre todo con los exteriores en la sierra de Cataluña con un frío importante, por la noche. Recuerdo que en esas secuencias iba con un camisón, con las piernas al aire, descalza, con una venda y lloviendo. Al principio el depósito de agua -porque era lluvia artificial- estaba calentito pero te puedo asegurar que a las tres de la madrugada y con dos grados bajo cero, esas gotas de agua parecen cuchillos. Aunque la verdad es que me han cuidado muchísimo en el rodaje y siempre se medían estas cosas.
- ¿Cómo ha sido el trabajo con el productor, Guillermo del Toro?
Tener un productor como Guillermo del Toro junto con Rodar y Rodar, que es la productora que ha empujado este proyecto, ha sido una maravilla porque como él es director sabe lo importante que es dejar al director que cree su propio universo dentro de la película. Con lo cual tienes la ventaja de tener a un productor/director que tiene una visión del cine muy amplia pero al mismo tiempo con pequeños detalles que te ayudan mucho y por otro lado, la libertad de que confía completamente en aquella gente que decide producir, como Guillem Morales.
- ¿Cómo ha sido la preparación del personaje?
Cuando te gusta lo que haces no tienes la sensación de que es trabajoso. Pero sí que fue muy meticuloso porque contamos con la colaboración de la ONCE, con psicólogos que nos decían cuál era la situación de las personas que se encuentran en la misma situación que nuestros personajes. Y nos ha servido muchísimo porque así no solamente muestras físicamente qué es lo que pasa cuando vas perdiendo la vista o cuando la pierdes totalmente, sino cuál es la evolución emocional. Nos cuenta también cuál es el proceso de una persona que sabe que puede perder la vista y que en un momento dado la pierde.
- ¿Cuesta desvincularse del personaje una vez terminado el rodaje?
Depende de lo que signifique desvincularse del todo. Es lógico que cuando has interpretado un personaje y te has metido en su piel y has intentado de alguna manera transmitir cuáles son las sensaciones y las emociones que le van sucediendo, siempre te queda algo. Sobre todo en el sentido de que aprendes mucho, yo siempre he dicho que los actores tenemos la gran suerte de vivir nuestra vida y cada vida de los personajes que interpretamos. Porque como te metes profundamente dentro de lo que es su día a día y de lo que están pasando, te permite conocer realidades que son muy diferentes a las tuyas. Y eso es lo que te queda.
- ¿Qué le da miedo a Belén Rueda?
Esa es la pregunta del millón. Creo que depende y además creo que los miedos van cambiando. Lo que sí que es cierto es que los miedos que son solucionables, aquellos en los que a lo mejor te imaginas que ocurren cosas que no están sucediendo. Al final descubres que no están ocurriendo, con lo cual el miedo desaparece. Quizá los miedos que yo más tengo son a cosas irremediables como puede ser a una enfermedad muy larga o una enfermedad en la que por cómo evoluciona no te deja decidir sobre tu futuro.
- ¿Qué valoras a la hora de elegir un proyecto?
Depende de como lleguen los proyectos a tus manos. Para empezar tengo la grandísima suerte de estar pasando un momento en el que te llegan los guiones y dices éste sí, éste no. Pero hay una cosa que es primordial, si tu empiezas un guión y no puedes dejarlo hasta que llegas al final, eso es algo muy importante. El siguiente proceso es conocer al director y si ves que tiene un universo muy especial en el que sabes que puedes congeniar, pues es otro punto a favor. Luego hay veces que también eliges algún proyecto porque sabes que hay algún actor o director con el que te apetecería muchísimo trabajar.
- ¿Qué te aportó tu paso por televisión al dar el salto al cine?
El televisión se hacen cosas de muchísima calidad, en teatro se hacen cosas de muchísima calidad y en el cine también. Pero también hay cosas que no son de tanta calidad tanto en un medio como en otro. Yo no decido si hago una cosa u otra dependiendo del medio donde está, si no simplemente de si el proyecto me atrae. De hecho hace muy poquito he hecho una serie para televisión, que han sido sólamente dos capítulos, La princesa de Éboli, y ha sido una experiencia maravillosa. Si que es cierto que cuando trabajas en un medio o en otro tienes que cambiar tu forma de hacer.