OTROS RENTÁCULOS

Se están inspeccionando las ganancias, tan merecidas como desorbitadas, de algunos políticos. Ciertos ingredientes de envidia pueden intervenir en la pesquisa, pero quizá no sean superiores a la curiosidad de las personas corrientes, que se asombran de que en tiempos de desgracia colectiva haya líderes que mejoren su suerte personal. Nadie niega que la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, sea muy trabajadora, lo que le niegan es que pueda trabajar más de veinticuatro horas al día, ya que eso sólo puede hacerlo Vargas Llosa. María Dolores es senadora y abogada del Estado en excedencia, lo que al parecer no le impide cobrar trienios. Sus emolumentos ascienden a más de 241.000 euros anuales. Muy poco si se compara con lo que cobra un centrocampista de segunda división. Lo que acaso sorprende es la diversidad de tentáculos, sólo comparables a la establecida por el señor Bono.

Al único al que no le han discutido la licitud de sus ingresos ha sido al pulpo Paul, la estrella del Mundial. El molusco poseía dotes adivinatorias. Acaba de morir de muerte natural, aunque quizá la muerte natural de todo pulpo sea «a la gallega». El óbito se produjo en la pecera y en la mayor soledad, rodeado de sus propios abrazos de despedida. Descanse en paz, aunque mejor sería decir en pez, porque los octópodos se alimentan de peces en excelente estado de conservación y viven en el fondo de mar, aunque a veces naden a flor de agua. Conocer dónde comprueban la capacidad de absorción de sus tentáculos algunos políticos es una curiosidad más malsana. Debe bastarnos con saber que poseen apéndices móviles y que algunos están dotados para doblar sus ingresos al acceder a determinados cargos, al mismo tiempo que se sacrifican por la patria, que generalmente ni se entera.