Mejora autonómica
Urge recuperar el principio de subsidiariedad para evitar duplicidades en gestión y servicios
Actualizado:El presidente del PP, Mariano Rajoy, manifestó ayer ante el XIII Congreso del Instituto de la Empresa Familiar que «las patologías derivadas de un uso inadecuado del Estado de las Autonomías» dificultan la salida de la crisis, lo que requeriría la «actualización del mismo». La reflexión del líder de la oposición es pertinente, puesto que el obligado retraimiento de las Cuentas públicas y las limitaciones mostradas por las instituciones para contribuir a la reactivación de la economía están poniendo a prueba la eficiencia del Estado también en cuanto a su vertiente territorial. Pero el debate suscitado por Rajoy en ningún caso debería confundirse con las voces cargadas de demagogia y desinformación que imputan las disfunciones que presenta el sistema -incluido el excesivo déficit- a la existencia misma de las autonomías. La integración de la España que comenzaba su andadura autonómica en lo que hoy es la Unión Europea fue acompañada de un principio, el de la subsidiariedad, que ha de ser recuperado para evitar duplicidades en la gestión de las administraciones y en su oferta de servicios. De modo que cada competencia o atribución sea desempeñada por el ámbito institucional que mejor pueda ejercerla sin solapamientos y de acuerdo a la amplia descentralización que establecen la Constitución y los diversos estatutos. Esta sería la única manera de impedir que «la madeja administrativa de tres administraciones ahogue la energía de nuestra sociedad civil», por lo que Rajoy se mostró ayer preocupado. Evidentemente el sistema autonómico es perfectible desde el punto de vista normativo, pero sería descabellado dar pábulo al prejuicio ante el hecho autonómico y suponer que la reversión de competencias de las comunidades autónomas a favor de la Administración central haría más eficaz al Estado. El Partido Popular es partícipe de la descentralización del poder político en España, y está en condiciones de ofrecer alternativas fundadas a ese «uso inadecuado del Estado de las Autonomías» al que ayer se refirió Rajoy. Por eso mismo es conveniente que precise sus propuestas de mejora, puesto que ésta deberá basarse, en cualquier caso, en la concurrencia de voluntades políticas entre partidos y entre ámbitos institucionales.