Pequeñas guerrillas verdes
Actualizado: GuardarLa guerrilla verde es un movimiento ecológico que nació en los años 70 en Nueva York y que en la actualidad se extiende por todos los rincones del mundo. Grupos de ciudadanos concienciados de la importancia de introducir vegetación y naturaleza en medio de la grisura de nuestras ciudades, se lanzan a esta batalla incruenta sin esperar más recompensa que la satisfacción de ver crecer una planta donde antes sólo había un sequedal. Toman los baldíos, los terrenos yermos entre bloque y bloque de cemento, y en una noche construyen jardines sostenibles que cambian la cara a la urbe a base de humildes enredaderas y plantones de margaritas. O bien, recorren las veredas y los arcenes de las carreteras arrojando «bombas de semillas» que repueblen de manera natural los parajes áridos. Son jardineros voluntarios, aliados espontáneos de la flora. Gente corriente con ganas de mejorar el entorno.
En casa nos agradó esa iniciativa generosa. Pero, como no conocemos a ninguna cuadrilla verde, hemos montado una propia, reducida y sin pretensiones, para intentar repoblar una pequeña franja de terreno junto al que fue nuestro colegio. Armados con una zoleta, un rastrillo, una pala de jardinería y una bolsa de semillas que habíamos ido recogiendo en excursiones por los alrededores de Jerez, hemos librado este domingo nuestra primera mini-batalla contra el abandono. En apenas dos horas, hemos retirado las latas, botellas y desechos que se acumulaban en el terreno escogido, y hemos sembrado al azar, para que la naturaleza haga luego su labor selectiva y germine lo que deba y pueda germinar allí. Sé que es apenas nada, un gesto insignificante y quizás inútil. Pero esa noche soñé con un bosque frondoso donde jugaban los niños del futuro.