Mensaje a Cuba

La UE no quiso abandonar ayer la llamada Posición Común Europea sobre Cuba. Pero los europeos, con España y Francia en cabeza, toman nota de las señales de apertura política y económica en la isla (liberación de casi cincuenta presos políticos y creación de un prometedor sector privado). Y han encargado a la jefa de política exterior de la Unión, Catherine Ashton, que en dos meses eleve un informe sobre la posibilidad de firmar con La Habana un acuerdo-marco de cooperación global. Cuba, un Estado comunista, es el único país de América Latina que no dispone de tal acuerdo. Y es lógico que la Europa democrática se lo niegue por su pertinacia en mantener un régimen anacrónico de partido único. El esfuerzo español no ha sido baldío ni criticado en Bruselas, que dio luz verde al mismo y presenta ciertos resultados. Pero no son suficientes ni en cantidad ni, sobre todo, en calidad y es razonable que se mantenga la posición tradicional, como, por lo demás, piden los disidentes. Pero con un matiz constructivo y una opción por el diálogo que los hermanos Castro harían muy mal en ignorar.