Los etarras que volaron la T-4 de Barajas , Igor Portu (detrás, c) y Mattin Sarasola (delante, c), son conducidos por agentes de la Ertzaintza, a su salida del Palacio de Justicia de San Sebastián. / Foto: Efe | Vídeo: Atlas
lucha antiterrorista

Los etarras de la T-4 mantienen que fueron torturados y amenazados de muerte

La acusación particular pide para los quince procesados penas que van de los 6 a los 17 años de cárcel, mientras que la Fiscalía sólo imputa a diez de los encausados

SAN SEBASTIÁN Actualizado: Guardar
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Los etarras que volaron la T-4 de Barajas, Igor Portu y Mattin Sarasola, han insistido en que fueron torturados y maltratados por los guardias civiles que los detuvieron y los custodiaron durante sus diferentes traslados, quienes, según ellos, le golpearon y amenazaron de muerte.

Portu y Sarasola han declarado en la segunda jornada del juicio que se sigue en la Audiencia de Guipúzcoa contra quince guardias civiles acusados de torturar a estos dos terroristas condenados por el atentado contra la T-4 del aeropuerto de Barajas con la que ETA puso fin a su anterior tregua. La acusación particular, que ejercen ambos etarras, pide para los quince procesados penas que van de los 6 a los 17 años de cárcel, mientras que la Fiscalía sólo imputa a diez de los encausados.

El Ministerio Público reclama tres años para dos de los procesados (un sargento y un cabo), dos años para otros dos (un cabo y un guardia), y diez días de localización permanente para los seis restantes (dos tenientes, tres cabos y un guardia). Durante sus declaraciones, Portu y Sarasola han coincidido al explicar que su detención, la mañana del 6 de enero de 2008 en Arrasate (Guipúzcoa), no fue violenta, ya que no se resistieron a su captura y tampoco intentaron huir, como sostuvieron ayer los guardias civiles que los arrestaron.

Ambos etarras han explicado que los agentes descubrieron un paquete con armas que portaban en una mochila y que entonces los condujeron a sus todoterrenos en los que los trasladaron a una pista forestal mientras los golpeaban e insultaban en un contexto de "mucha agresividad y violencia". Una vez en el citado paraje se produjeron los malos tratos de mayor intensidad ya que, según Portu, en este lugar recibió puñetazos y patadas en "las costillas y el vientre" mientras permanecía esposado y posteriormente varios guardias le introdujeron en un río al tiempo que le insultaban y le hacían constantemente preguntas relacionadas con ETA.

Portu ha dicho que también fue maltratado en los traslados y ha recordado que una vez en el cuartel de Intxaurrondo le apretaron los testículos y fue obligado a hacer flexiones, entre otras torturas. Posteriormente fue llevado a Lesaka (Navarra) para presenciar el registro de dos domicilios, donde tuvo que pedir una silla para sentarse porque le costaba respirar. Seguidamente fue conducido ante un forense al que denunció que había sido torturado porque se vio "muy mal", a pesar de que los guardias le habían intimidado para que no lo hiciera. Desde aquí, fue llevado al hospital, donde volvió a explicar a los médicos que había sido torturado y fue ingresado en la UCI, aunque en el mismo centro médico volvió a ser amenazado por los guardias que le custodiaban, según su versión.

Sarasola confirma la versión

Sarasola ha coincidido con Portu al relatar las circunstancias de su detención y traslado a la pista forestal donde presuntamente fueron torturados, si bien ha concretado que no vio ningún río y que a él le pusieron una pistola "en la sien" para intimidarlo. Sarasola ha dicho que él también recibió puñetazos y patadas en este lugar y que fue golpeado en los diferentes traslados, en uno de los cuales le agarraron de los testículos. Ha explicado además que le amenazaron con hacerle los mismo que a Mikel Zabalza, quien apareció muerto en el río Bidasoa. Este terrorista, que ha admitido durante el juicio ser un liberado de ETA, ha precisado que inicialmente no denunció las torturas ante los dos forenses que le examinaron por "miedo" a los guardias, que le habían amenazado con detener a su hermano, por lo que les aseguró que las lesiones que presentaba eran consecuencia de su arresto.

En la vista también ha declarado un testigo de las detenciones, quien ha asegurado que los arrestos se produjeron sin violencia alguna y que los terroristas no intentaron escapar. A preguntas de la Fiscalía, este hombre ha admitido ser amigo de un familiar de su mujer que es miembro de ETA. Las defensas de los guardias han pedido al tribunal que deduzca actuaciones contra esta persona por "falso testimonio". Una ATS que atendió a Portu en el Hospital ha dicho que le sorprendieron los calcetines empapados del etarra y que le preguntó en euskera por esta circunstancia, a lo que el terrorista le respondió en el mismo idioma que le habían "metido en el río".

En el juicio han testificado asimismo dos investigadores de la Guardia Civil que elaboraron un informe basado en documentos incautados a ETA, según el cual, la banda alecciona a sus terroristas para preparar coartadas denominadas "cantadas" y para denunciar torturas y malos tratos de forma sistemática.