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ESPAÑA

Zapatero acuerda con Patxi López no variar la estrategia hacia ETA y Batasuna

Ambos se reunieron el sábado en la Moncloa y coincidieron en que ha habido cambios, pero se reafirmaron en mantener la presión policial y política

RAMÓN GORRIARÁN
MADRID.Actualizado:

José Luis Rodríguez Zapatero y el 'lehendakari', Patxi López, se reunieron el sábado por la tarde en el palacio de la Moncloa. Fue más un gesto deferente del presidente del Gobierno hacia el líder de los socialistas vascos que un encuentro operativo, si bien ambos constataron su sintonía ante los movimientos de ETA y la izquierda abertzale de los últimos meses. No se va a levantar un ápice la presión policial y judicial sobre la organización terrorista, y tampoco va a haber guiños hacia los restos de Batasuna hasta que no consume el divorcio de la violencia.

Después del Comité Federal del PSOE del sábado, Zapatero invitó a comer en la Moncloa a Patxi López. A la cita se sumaron el vicepresidente y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el consejero de Interior vasco, Rodolfo Ares. El presidente quiso resaltar así la 'generosidad' del 'lehendakari' durante las negociaciones con el PNV, que han permitido a Zapatero asegurarse un aliado hasta el final de la legislatura aun a costa de debilitar la posición de López, que ha aceptado casi sin rechistar que la oposición nacionalista desempeñara su papel de negociador de transferencias.

El 'lehendakari' explicó ante los 'barones' del PSOE que esta renuncia al protagonismo, difícil de entender, ha sido una muestra de «responsabilidad» de los socialistas vascos, que han preferido contribuir a la estabilidad del Gobierno de España antes que hacer valer su posición institucional. Pero más allá de las palabras, lo cierto es que en algunos sectores del PSE, y también del PSOE, existe la convicción de que Zapatero, en aras de su estabilidad parlamentaria, debilitó la posición política de López ante el PNV.

En la reunión de tres horas, el presidente del Gobierno y el 'lehendakari' convinieron que no procede aflojar la presión jurídica y política sobre la izquierda 'abertzale' porque aunque ha dado pasos en la buena dirección para alejarse de ETA «no son suficientes» para replantear la estrategia. Tanto en el Gobierno central como en el de Vitoria se admite que se han producido cambios «verbalmente interesantes» en Batasuna, reflejadas, por ejemplo, en el reciente 'acuerdo de Gernika', en el que apostó sin dobleces por las vías democráticas y abogó por poner punto final a la violencia. Zapatero admitió que esos gestos no serán «en balde» y el flamante ministro de Presidencia, Ramón Jáuregui, también apuntó que el Gobierno «no puede dejar de lado» esos pasos.

Pero esos movimientos, compartieron los jefes del Gobierno central y vasco, no alcanzan todavía para reconsiderar la postura vigente y, por tanto, Batasuna seguirá en la ilegalidad y se restringirá hasta donde sea posible la ley electoral y la de partidos para que la izquierda 'abertzale' no pueda concurrir a las elecciones del próximo año.

Más escepticismo

Si con la izquierda 'abertzale' no hay posibilidades de nada hasta que no convenza a ETA de que abandone la violencia o se aleje definitivamente de ella, el escepticismo es aún mayor con la organización terrorista pese al cese de actividades que declaró el 5 de septiembre. Los cuatro que se reunieron en la Moncloa compartieron que no se debe dar la menor señal de distensión y mantener el cerco policial y judicial.

Los departamentos de Interior de Rubalcaba y Ares coinciden en que no hay indicios de que ETA tenga intenciones de atentar a corto plazo, pero la experiencia de anteriores treguas desaconseja la relajación, máxime cuando el parón actual responde más a razones operativas de los terroristas que a convicciones democráticas. Ambos gobiernos tienen la certeza fundamentada en datos e información de que no existe una corriente de opinión mayoritaria en la organización terrorista a favor de dejar las armas.

Zapatero y López también repasaron el acuerdo alcanzado con el PNV por el que se traspasarán una veintena de competencias al Gobierno vasco entre este año y el próximo. El 'lehendakari', aunque no estuvo en la 'cocina' de las negociaciones, podrá capitalizar el valor político de los traspasos pues será su Gobierno el firmará los acuerdos para las transferencias y será, a la postre, el responsable del incremento del autogobierno en Euskadi. «Todo lo que vaya en esa dirección es bueno para el Gobierno vasco porque lo que importa es quién juega el partido no quién facilita el balón para que se juegue», resume un dirigente del Partido Socialista de Euskadi.