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El factor suerte

El piloto asturiano pide prudencia después de consumar una remontada a base de determinación

E. YUNTA
YEONGAM (COREA DEL SUR).Actualizado:

El 11 de julio, el día en el que España conquistó el cielo sudafricano enterrando las tendencias agoreras que condenaban al fútbol, Alonso celebraba el gol de Iniesta a 47 puntos del liderato, desesperados en Ferrari por el cúmulo de fatalidades indescriptibles. Le tocó levantar el ánimo a sus mecánicos y se subió al campeonato con 43 puntos en el saco antes de irse de vacaciones con el triunfo radiofónico de Alemania y el segundo puesto en Hungría, pero se estiró la cuerda otra vez en el diluvio de Bélgica al quedarse con el casillero a cero. Hamilton líder y ni siquiera con las largas alcanzaba a ver el McLaren de su ex compañero.

Desde entonces, Alonso ha mantenido siempre la cabeza fría y su discurso jamás ha incluido nuevas comas. «Sí, pienso que aún podemos ganar el título», ha repetido hasta la saciedad, contagiando al equipo rojo un optimismo desconocido hasta ahora en el asturiano. El piloto español se ha agenciado 90 de los 100 últimos puntos con tres triunfos (Italia, Singapur, Corea) y un cuarto (Japón) mientras sus rivales directos patinaban con diversos diagnósticos en el parte médico. Una remontada alimentada por la esperanza y por la ilusión después del bienio desalentador en Renault.

Toneladas de mal fario

«Factor suerte», dice el protagonista, que ahora recibe de la buena después de acumular toneladas de mal fario sin encontrar mayor justificación al cambio de tendencia. En la perseverancia, interminables jornadas de trabajo con su gente complementadas con largas terapias para autoconvencerse de que el éxito era una realidad y no palabrería barata, Ferrari y Alonso se han confabulado en busca de un objetivo común. No es el mejor coche de la parrilla, pero sí está el piloto más fiable. «Estar en el podio es la clave para ganar el campeonato y tenemos que seguir ahí en las dos que quedan. No era el día de ganar el campeonato pero sí de perderlo. Hay que intentar ser constantes», resumió en la sala de prensa de Yeongam, casualmente exenta de periodistas ingleses que cuestionan su legitimidad como líder.

Su jefe, Stefano Domenicali, se sumaba a la prudencia mostrada por el piloto astuariano, apelando a la calma y a la humildad tras el gran triunfo de Corea. «Ahora la misión es estar tranquilos, mantenernos muy concentrados y no sobredimensionar esta gran (segunda) parte del campeonato», dijo el jefe de Ferrari. También tuvo palabras para Massa tras lograr el tercer puesto: «Estoy muy contento por él, sobre todo porque ha vivido mucha presión y un período difícil».