ESPAÑA

Un celador confiesa el asesinato de tres ancianas en Barcelona

Joan Vila, que mató a sus víctimas haciéndoles beber lejía, aseguro que actuó movido por la compasión y para evitarles sufrimiento

BARCELONA. Actualizado: Guardar
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Joan Vila, el asesino confeso de un geriátrico de Olot (Girona), cometió sus crímenes por amor y para que las ancianas no sufrieran. El celador asumió ayer ante el juez ser el autor material del fallecimiento de tres residentes de la tercera edad del centro La Caritat. Las tres habían perdido la vida por el mismo motivo: la ingesta de un líquido corrosivo, supuestamente lejía, que les habría administrado el principal y confeso sospechoso.

En un primer momento, Vila, de 44 años y residente en Castellfollit de la Roca, aseguró a la Policía que cometió sus crímenes por compasión con las víctimas, a las que dad su avanzada edad quería evitarles sufrimientos. Ayer, ante le juez, mantuvo su confesión inicial, y declaró que lo hizo todo por «amor» y porque alguna de las ancianas se lo pidió. Sin embargo, esta teoría tiene elementos que no se sustentan, según investigadores del caso, ya que el método que supuestamente utilizó el detenidos es todo menos indoloro. Suministrar un ácido como la lejía a las víctimas no causa la muerte instantánea, sino que provoca una corrosión interna de los órganos del cuerpo que resulta muy dolorosa.

En casos de supuesta compasión, los homicidas utilizan fármacos o sedantes, que administrados de forma abusiva evitan el sufrimiento de la víctima. Así, los investigadores creen estar ante una mente sádica más que caritativa. Descartado el móvil económico, su abogado, que calificó el carácter de su cliente de maníaco depresivo y de actuar bajo los efectos del alcohol, señaló que Vila cometió los crímenes en un momento de «euforia», ya que «se creía que era Dios». También señaló que está en tratamiento psiquiátrico. Por ello, los Mossos d'Esquadra temen que la lista de víctimas de este autoproclamado 'ángel de la muerte' pueda ser mucho mayor. El magistrado no descarta exhumar cadáveres de aquellos residentes que muriesen de forma natural.