SOLIDARIOS
DANIEL GUTIÉRREZ Actualizado: GuardarDesde ayer Rafael Verdú, presidente de honor del Xerez, vive con la inquietud que supone saber de buena tinta que en cualquier momento te llega una carta anunciándote que en 24 horas debes desalojar tu vivienda porque te la van a quitar. Debe ser duro, la verdad. Y más para una persona que va a cumplir 83 años y cuyo único delito es ser miembro del Consejo de Administración del club y víctima de las numerosas deudas que le acucian. Verdú podría ser el primero en asumir la mala gestión de muchos otros dirigentes que han pasado por la entidad durante más de una década. Y la afición del Xerez no está dispuesta a quedarse de brazos cruzados. Por eso tito propone que se debería hacer algo «como muestra de apoyo a Rafa. El partido contra el Villarreal podría ser un buen momento. Vamos, Verdú. ¡Seguro que sale todo bien!», le anima. Al igual que hace Carlos Tenorio. «Ánimo Rafa. Espero que todo se resuelva bien. Sabes que muchos xerecistas estamos contigo».
Lo triste de todo este asunto es que aún queda gente que se ceba con él atribuyéndole unos supuestos beneficios y adjudicándole sambenitos erróneos, como El canzino histórico, que cree que «siempre va de gañote y ya tuvo más reconocimiento que el que merece» e invita a todos aquellos que le apoyan «a que paguen por él si tanto les duele».
Aunque bueno, tampoco podemos pedir que todos los seres humanos sean capaces de sacar su lado más solidario y humano cuando más es necesario. Algo parecido ocurre con los trabajadores municipales, que han denunciado la falta de material para poder realizar bien su trabajo. J. A., sin embargo, no parece importarle demasiado el asunto. «Preferimos que de manera coyuntural no se tenga papel y se racionalice el consumo del mismo, a que nos suban los impuestos para tener todos los accesorios de oficina y luego desaparezcan misteriosamente. Los que trabajamos en la privada sabemos lo que son los recortes desde el comienzo de la crisis. Que se acostumbren los empleados municipales». Es decir, al más puro estilo de o para mí o para nadie.