«Los pasos de la izquierda 'abertzale' no van a ser en balde»
El análisis del presidente sobre los movimientos de Batasuna desata los recelos del PP
MADRID. Actualizado: GuardarJosé Luis Rodríguez Zapatero sigue mucho más de cerca de lo que hasta ahora se había permitido confesar el debate interno en el mundo de ETA y Batasuna. El ascenso del ministro del Interior a vicepresidente primero del Gobierno llevó al jefe del Ejecutivo a ensalzar su labor en la lucha antiterrorista pero, sobre todo, sirvió para descubrir que pese al mensaje reiterado de que lo único que espera de los terroristas es el abandono de las armas, el presidente vive con cierta esperanza pronunciamientos como los de Arnaldo Otegi.
«Los pasos de la izquierda 'abertzale' son insuficientes, pero no van a ser en balde», auguró. El mensaje desató de inmediato las alarmas en el PP. Entre la cautela y el malestar, Mariano Rajoy advirtió de que el Gobierno no podrá contar con su apoyo si piensa en retomar el diálogo con el brazo político de la organización terrorista. «Espero -dijo- que lo que no hayan sido en balde sean los gravísimos errores que cometió negociando con ETA. Estoy seguro de que estas afirmaciones no le han gustado a una inmensa mayoría de los ciudadanos; estaremos atentos», avisó.
'Guerra fría'
No llegó la cosa tan lejos como para que el líder de la oposición anunciara una ruptura en materia antiterrorista. Se limitó a recordar que durante dos años y medio, desde que Zapatero dio carpetazo definitivo al 'proceso de paz', el PP ha apoyado la política del Ejecutivo y a subrayar que desearía poder seguir haciéndolo. Pero esto es lo más cercano que han estado PSOE y PP de volver a un enfrentamiento a cuenta de este asunto desde que arrancó la legislatura. Lo cierto es que el propio presidente del Gobierno también admitió que es necesario ser «prudentes» antes de echar las campanas al vuelo con las deserciones de presos etarras, o la promesa de que en caso de que ETA atente la izquierda 'abertzale' lo rechazará. Pero se mostró convencido de que estamos en un momento «decisivo» para ver «el final de la banda terrorista». Por eso, según explicó, no ha querido separar a Rubalcaba de sus funciones como jefe de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
Eso explicaría también el nombramiento de Ramón Jáuregui como ministro de la Presidencia. Según fuentes de Interior, fue Rubalcaba quien presionó a Zapatero para colocar al veterano político socialista en un puesto tan determinante. Su conocimiento de la sociedad vasca -fue 'vicelehendakari' con José Antonio Ardanza en los gobiernos de coalición con el PNV- resultó para él muy valioso tanto en la anterior tregua como de manera más reciente. Zapatero no hizo mención específica a esta labor de asesoramiento, pero sí se mostró satisfecho con la situación.
«Trabajamos porque ETA desaparezca cuanto antes y estamos en un momento en que ese trabajo ha dado más resultado que nunca», dijo.