Zapatero exige al PSOE que pase a la ofensiva tras sus pactos presupuestarios
El jefe del Gobierno apuntala con Coalición Canaria la aprobación de las cuentas para 2011
MADRID.Actualizado:José Luis Rodríguez Zapatero acudirá tranquilo hoy al debate sobre las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos de 2001. Sabe que cuenta con 178 votos para rechazar las cinco peticiones de devolución al Gobierno del proyecto, y lo que es más relevante, esa mayoría absoluta servirá para aprobar las cuentas cuando se produzca la votación final en diciembre. El jefe del Ejecutivo amarró ayer el respaldo de Coalición Canaria tras reunirse con su líder y presidente del Gobierno insular, Paulino Rivero.
Los números cuadran para los socialistas. Cuentan con los votos de sus 169 diputados, los seis del PNV, los dos de los nacionalistas canarios y el de Unión del Pueblo Navarro para aprobar los Presupuestos más delicados de la legislatura. La operación ha dado un respiro a los socialistas. «Zapatero dijo que se ocuparía de este asunto y lo ha hecho, aunque sea en el último minuto», señaló ayer un miembro de la ejecutiva socialista tras la reunión semanal. Una buena noticia después de la huelga general, el batacazo de las primarias, los nefastos pronósticos electorales o el amago de rebelión interna protagonizado por el presidente castellano-manchego, José María Barreda.
Con este logro en su haber, el presidente del Gobierno se sintió ayer legitimado para exigir a los suyos que aprovechen que haya sido capaz de abrir una ventana cuando todas las puertas parecían cerradas y se lancen a una ofensiva de explicación para contrarrestar el rechazo generado por su política económica. «Ahora no debemos detenernos ni un minuto -resumió después la secretaria de Organización del partido, Leire Pajín-; titubear o salirnos de la hoja de ruta solo serviría para perder tiempo».
El jefe del Ejecutivo es consciente, aún así, de que su jugada ha dejado en una situación difícil al 'lehendakari', Patxi López, que ha visto como el PNV capitaliza una baza que le podría haber correspondido -la del amplio desarrollo del Estatuto de Gernika-. Según fuentes de la dirección del PSOE, Zapatero dedicó en la ejecutiva federal unas palabras de reconocimiento al líder del PSE por su comportamiento «ejemplar» y afirmó que todos los socialistas deben estar «orgullosos» de él.
Nadie mostró en la reunión su oposición a los acuerdos, pero hubo silencios significativos y demandas específicas. El portavoz en la Eurocámara y ex candidato socialista a la presidencia canaria, Juan Fernando López Aguilar, reclamó que se aclare en qué consiste el acuerdo con Coalición Canaria, en lo que se refiere a las aguas interinsulares, para que en ningún caso se pueda interpretar que se trata de una cesión del Estado.
Igualdad de condiciones
Unos minutos después, Zapatero se reunía en el palacio de la Moncloa con el presidente de Canarias, para sellar el pacto. Rivero, hora y media después, anunció que había llegado a «un buen acuerdo» y a un pacto nada menos que «histórico». El líder de Coalición Canaria detalló entre las contraprestaciones que el Gobierno ha adquirido el compromiso de presentar en el Congreso antes de fin de año una proposición de ley para que las aguas entre las islas del archipiélago sean «aguas canarias».
Indicó que también había acordado el traspaso de las políticas activas de empleo «en las mismas condiciones» que logró el PNV para el País Vasco. El tercer eje del acuerdo, según la versión del presidente canario, es la reforma del estatuto de autonomía con el respaldo de los socialistas insulares.
Rivero se negó a hablar de cambalaches o de compraventas porque la política es «pacto y acuerdo», y no «crispación». Aseguró que llegó al acuerdo presupuestario por «responsabilidad», para asegurar «la necesaria estabilidad institucional» y sin pensar si así beneficiaba a «Zapatero o a Rajoy». Su único pensamiento, subrayó, fue el de que «es lo mejor para el país y para Canarias».