Menos mal que también lo dice un Nobel
ABOGADOActualizado:La aportación a la Teoría Económica por la trilogía que representa este año el Nobel de economía se basa en las contribuciones al estudio de los mercados descentralizados con costes de búsquedas. Se construye ésta sobre la base de la existencia de mercados de trabajo descentralizados y la información disponible que ellos mismos generan, sobre productos, precios y salarios, que suele ser una información generalmente dispersa. Es precisamente la dispersión de la información la que provoca incurrir en costes en la búsqueda de empleo, que sin duda provocan perturbaciones en el normal funcionamiento de los mercados. Los premiados con el galardón mantienen que los costes de búsquedas pueden hacer que las empresas competitivas determinen el precio del factor trabajo, también llamado salario, de forma paralela a la propia dispersión existente en los mercados reales, basado en la estructura de costes de cada empresario, sin considerar las necesarias interrelaciones entre las diferentes empresas y los diferentes mercados en los que estas se integran. Sin embargo, cuando los trabajadores están mejor informados sobre la existencia de distintas ofertas de salario, dicho ofrecimiento sigue siendo compatible con la maximización del beneficio. La teoría, construida por los tres economistas, pone de relieve que el desempleo friccional (desempleo debido a la tardanza para los trabajadores en encontrar un empleo acorde a sus preferencias y destrezas profesionales), va a ser consecuencia de la propia imperfección en qué consiste el coste de búsqueda de empleo. La Teoría ahora construida, posibilita su traslado a modelos econométricos que muestran la incidencia de las distintas políticas económicas susceptibles de aplicar, tanto por el lado de la oferta, como por el de la demanda de empleo, valorando como incurren cada una de ellas y su posible comportamiento en el mercado, con la finalidad de reducir el desempleo.
La base de la teoría descrita son los modelos neoclásicos sobre el mercado de trabajo, si bien es verdad que éstos no explican de forma apropiada la existencia del desempleo involuntario y la pervivencia del desempleo estructural y de larga duración. En una economía como la española, con miles de empresas y millones de trabajadores, es inevitable convivir con una tasa natural de paro, referida esta a la cantidad de desempleo que experimenta normalmente la economía. Este índice no desaparece por sí sólo, ni siquiera a largo plazo. Las desviaciones del desempleo con respecto a su tasa natural se le llaman desempleo cíclico. Lo normal debiera ser que las personas que se convierten en desempleadas en un espacio corto de tiempo encuentren trabajo. Ahora bien, el gran problema que lleva implícito el desempleo y que afecta directamente a la economía, se atribuye al número, que debiera ser relativamente bajo de trabajadores que no tienen empleo durante largos periodos de tiempo. Es decir, el desempleo estructural. Aquel que denominamos friccional, suele ser el resultado de los cambios de la demanda de trabajo de las diferentes empresas. Su resultado inmediato, un corto periodo de desempleo. Éste es inevitable, ya que la economía está siempre cambiando y produciendo los necesarios ajuste que de forma permanente exigen los mercados. También los cambios de composición de la demanda de trabajo de los diferentes sectores productivos o entre las diferentes regiones, provocan los llamados desplazamientos sectoriales. Los trabajadores tardan cierto tiempo en encontrar trabajo, ya sean en los nuevos sectores, bien en las otras regiones demandantes de empleo, lo que provoca durante ese ínterin un desempleo de carácter temporal. Precisamente será menor el tiempo, en función del grado de información disponible por los oferentes de empleo en esos mercados. Durante ese periodo de transición se han creado puestos de trabajo en unas empresas y se han destruidos en otras. El resultado final de ese proceso de ajuste, dispuesto por el mercado a modo de exigencia natural, va a ser un aumento de productividad del factor trabajo, lo que a su vez va provocar un incremento de la competitividad empresarial.
Una vez se ha descrito que el desempleo friccional es el resultado del proceso de ajuste de la oferta (trabajadores que ofrecen su mano de obra) y la demanda (puestos de trabajos demandados por las empresas), analicemos el desempleo estructural, que se describe como aquel que se produce cuando el número de puestos de trabajo ofrecidos por los empresarios, son insuficientes para el número de trabajadores que los pretenden. En él inciden tres conceptos: 1º. La legislación sobre salario mínimo. Aunque la presencia de éste por disposición de una norma, no es la causa fundamental del paro existente en una economía, sí es cierto que puede tener una influencia directa en algunos grupos de trabajadores con altas tasas de desempleo, afectando particularmente a aquellas personas menos cualificadas y con menor experiencia laboral. De tal forma que si la cuantía del salario se mantiene en una cuantía que supera a la de equilibrio, el resultado directo es el desempleo. 2º. El seguro de desempleo. Éste minora las dificultades económicas que causa el desempleo, pero a su vez incide directamente en el aumento de la cantidad de desempleo. La prestación de desempleo hace que la situación de paro sea menos onerosa, ya que tiene por finalidad reducir la incertidumbre económica de los trabajadores. Posibilita que el trabajador en la búsqueda de empleo, pueda optar a un puesto de trabajo, objetivamente más adecuado a su perfil como trabajador. Sin embargo, también se piensa que su eliminación o recorte, reduciría la cantidad de desempleo existente en una economía. 3º. Los sindicatos y la negociación colectiva. Sí consideramos al sindicato como un cártel, con la intención de ejercer su poder y control sobre el mercado, acordará las condiciones de trabajo mediante la negociación colectiva. Hay quienes critican la incidencia sindical en el establecimiento de dichas condiciones, ya que hacen subir los salarios por encima del nivel de equilibrio que fija cualquier mercado competitivo. Ello tiene como efecto directo, la reducción de la cantidad demandada de trabajo, expulsando a trabajadores del sector y haciéndolos desempleados. Los defensores, manifiestan que son el contrapoder del poder que representan los empresarios cuando contratan a trabajadores. De tal forma que la formación de los salarios en este caso, se haría por debajo del de equilibrio en mercados competitivos.
Una vez más el problema español es de competitividad y en el centro del debate, el empleo y los salarios. Ninguna de las dos apunta bien.