el rayo verde

La Universidad y la ciudad

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Ala Universidad de Cádiz le ha correspondido este año el privilegio de celebrar el inicio del curso académico 2010-2011. Los Reyes, las principales autoridades políticas, cerca de setenta rectores de todas las universidades españolas, rusas, iberoamericanas, han acudido a un acto que más allá de lo protocolario y festivo tenía un sentido y un valor simbólico indudables. De momento, por haber conseguido que la efeméride se celebrara aquí, que es un timbre de gloria para Diego Sales y su equipo. También, por reconocer la importancia de la Constitución de 1812 para el conocimiento, la libertad de pensamiento y de cátedra, esenciales para la universidad, y sin duda, por ofrecernos la posibilidad de ocupar por un día un lugar destacado en la información nacional institucional y relevante.

El acto de inicio de curso y sus actividades paralelas, sobre todo el encuentro de Universia, la red del Banco de Santander, han atraído a Cádiz y a la Isla a personalidades de prestigio e influencia en medio mundo. Para muchos de ellos, el descubrimiento de la ciudad ha sido una agradable sorpresa. A partir de aquí se pueden generar circuitos, proyectos, actividades, que nos beneficien a todos. Es una magnífica oportunidad para la propia UCA, que necesita mejorar su posición en los rankings en este nuevo espacio europeo que se abre ahora. También para las instituciones y administraciones culturales gaditanas, que han de redoblar esfuerzos por mejorar sus programas ante el reto del Doce.

En los discursos hubo muchas ideas interesantes. Por ejemplo, el recuerdo de la contribución de la Universidad a la igualdad, ahora que se cumple un siglo de la incorporación de las mujeres a las aulas. La necesidad de seguir mejorando que planteó el Rey aludiendo al muy crítico informe CoTec o la búsqueda de la excelencia de la que habló Griñán. No hay que dejar que suenen a disco rallado, porque es mucho lo que nos va en tener una Universidad de calidad y mucho lo que la institución tiene que esforzarse para conseguirlo. Aunque el avance en adaptación a las nuevas tecnologías es de primera, en la selección de profesores sigue primando la mediocridad y la endogamia. Aún queda para que el control de calidad arraigue en la docencia. Otro problema es el nivel del alumnado. La falta de exigencias de la LOGSE llega a las aulas y los chicos no dan el nivel mínimo exigido. En cambio, el nuevo escenario de Bolonia supone una ventaja, por lo que me dicen:Ya no es tan importante dónde estudias, sino cuál es la ratio por grupo de la carrera que estudies. En las pequeñas como la UCA hay servicios a veces mejores que las grandes y más ocasiones de salir a Europa o América.

Me quedo con una última reflexión de Ángel Gabilondo, en su discurso ministerial que no ocultaba su condición de filósofo: La Europa de las ciudades es la Europa de las universidades. En esa relación Universidad-ciudad tenemos que avanzar aquí. Eso sí que es una asignatura suspendida y que, me temo, va a ser difícil que aprobemos . www.blogsdecadiz.com/el rayo verde