La calle San Juan de Dios separa el Pópulo de Santa María.
MEMORIAS DE LA CALLE

EL BARRIO DE SANTA MARÍA

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Después del barrio del Pópulo, el de Santa María es el más antiguo de la ciudad. En él convivieron durante muchos años payos, gitanos, gallegos y montañeses. Los gitanos siempre se adaptaron al barrio en convivencia con otras etnias. Trabajaban tanto en el Matadero, muelle y algunos en la fábrica de tabacos. Otros escogieron vivir de ese arte que siempre tuvo su raza para el cante y el baile. Otros vecinos que allí vivieron y que se adaptaron fueron los montañeses, a los que en Cádiz de siempre se les llamó cariñosamente 'Chicucos' y que se dedicaban especialmente al gremio de ultramarinos y bares. De las colonias que allí existieron, quizás, la más numerosa después de los oriundos, fue la gallega, la gran mayoría de ellos estuvieron enrolados en la flota pesquera durante años. Algunos se quedaron en tierra, estableciéndose en los negocios de bares y restaurantes. Toda esta unión de culturas dio lugar a que muchas gaditanas contrajeran matrimonio con los venidos de otras tierras creando familias de regiones distintas.

Gente popular

El barrio de Santa María fue la casa de mucha gente popular. Desde la familia de los Ortega, Fernando Gómez y la Señora Gabriela Ortega, padres de los célebres toreros, Fernando, Rafael y Joselito 'Los Gallos', y tíos de uno de los más célebres cantaores de flamenco como fue Manuel Ortega Juárez 'Manolo Caracol', hasta llegar a ese gran número de artistas del cante y del baile flamenco como: Antonio Gilibert Vargas, La Perla de Cádiz, Aurelio Sellé Nondedeu, Juan Ramírez Sarabia 'Chano Lobato', Enrique Jiménez Fernández, 'Enrique el Mellizo', Francisco Díaz Fernández 'Macandé', 'Paco de Oro' torero y su hija 'Pepa de Oro', cantaora y bailaora 'Cascarilla', Luisa Butrón, etc, y el no menos célebre matador de toros Francisco de Paula Jímenez Ortega 'Rebujina', patriarca de la saga de los 'Rebujina'.

Curiosidades

Este barrio de Santa María siempre fue de una alegría extraordinaria a pesar de la infravivienda que allí existía. Las casas eran de las llamadas de vecinos, o sea de una o dos habitaciones por familia, sin cuartos de baños ni siquiera de aseos, tan sólo un retrete por planta, al igual que la cocina. Había lugares en donde en dos habitaciones convivían el matrimonio con dos o tres hijos y, a veces, con algún familiar más.

A pesar de las incomodidades, la gente vivía feliz. Celebraban las fiestas, sobre todo, la Navidad. Y ese Jueves al Viernes Santo con la salida de su Nazareno, era el día y la noche más grande del barrio. Lo que sí es cierto es que el dinero no faltaba para vivir. La prueba de ello es que en el barrio había gran cantidad de ultramarinos y bares. Era curioso el sistema de cobro que había. Como casi todos cobraban por semana y los gallegos por mareas, así pagaban al 'chicuco'. Ya hace varios años que se hizo una gran restauración del barrio, lo que dio lugar al realojo de los vecinos. Con todas las comodidades habidas y por haber, el barrio se encuentra hoy con la mayoría de los locales comerciales cerrados. Los nuevos bares de Sopranis y Plocia le están dando vida a este barrio emblemático.