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La duquesa de Alba, acompañada por su novio, Alfonso Díez, a su llegada a la boda de Rafael Medina, hijo mayor de Nati Abascal y el duque de Feria, con la arquitecta bilbaína Laura Vecino, que ha tenido lugar hoy en Toledo. EFE
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La boda del duque de Feria reúne a la aristocracia en Toledo

J.V. Muñoz-Lacuna
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Toledo ha acogido este mediodía la que, para muchos, es la boda del año. El enlace matrimonial entre Rafael Medina Abascal, duque de Feria y Grande de España, y la arquitecta bilbaína Laura Vecino Acha. A la ceremonia, celebrada en la capilla de San Juan Bautista del Palacio de Tavera, propiedad de la familia del novio, acudieron 700 convidados -ellos con chaqué y ellas con traje corto, según ordenaban las invitaciones-, entre ellos lo más granado de la aristocracia española, con la duquesa de Alba a la cabeza.

La presencia de doña Cayetana Fitz-James Stuart atrajo a decenas de cámaras de televisión y fotógrafos de la prensa del corazón y a casi medio millar de curiosos, que se concentraron a las puertas de este palacio del siglo XVI que el cardenal Tavera ordenó construir para hospital de pobres y en el que el polémico padre del novio, Rafael Medina Fernández de Córdoba, recibió sepultura en el verano de 2001.

Las otras atracciones de los flashes y del pueblo llano fueron la madre del novio, Naty Abascal, y el diseñador Valentino, que llegaron al palacio en sendos coches y que se dejaron ver en los apenas 50 metros de paseo hasta acceder al viejo portón del edificio.

No a los tropiezos

El glamour de esta boda superó a la celebrada dos años antes en este mismo palacio renacentista entre Amelia Bono, hija del presidente del Congreso, José Bono, y Manuel Martos, vástago del cantante Raphael y de la aristócrata Natalia Figueroa. En aquella ocasión, muchos de los invitados no pudieron evitar tropezar al caminar por esos 50 metros de paseo cubierto de guijarros y centenarios sillares a modo de acera.

Con el fin de prevenir algún que otro traspiés que pudiera descolocar las pamelas de las invitadas, el duque de Feria y su ya esposa decidieron encargar una larga tarima y una alfombra roja para cubrir tan incómodo recorrido sobre las que este sábado pisaron sin dificultad sus 700 invitados.

Un dispositivo de seguridad privado apoyado por la Policía Local de Toledo, que cortó el tráfico en la zona durante una hora, garantizaron el éxito de un enlace al que siguió un almuerzo de catering en el interior del palacio.