Jornada cofradiera en Puertas del Sur

Multitudinario regreso del Cristo de la Sed, ayer martes, en un trayecto -el que conecta San Miguel con la Parroquia de San Juan Grande de Puertas del Sur- cuya longitud fue hervidero indesmayable de jerezanos por doquier. Trasunto de jornada luminosa de Semana Santa donde apenas cabía un alfiler a cada palmo de avanzadilla. Esta realidad eclesial, esta iniciativa juvenil, esta impronta cristífera tiene tirón en la ciudad: acaba de nacer y ya apunta maneras de muchedumbre bien organizada. Unas cuatro horas de recorrido para la conjunción de comentarios favorables. Mucha juventud en los adentros de la comitiva y no pocas esquirlas de promesas encendidas de cara al futuro.

El sacerdote Enrique Soler -artífice e impulsor de tan referencial fundamento para la evangelización- no escondía su satisfacción insignia en mano. Acompañaba al cortejo, en representación de la Hermandad del Santo Crucifijo de la Salud, su hermano mayor Luis Cruz de Sola. A pie de acera saludamos a Mateo López, hermano mayor del Consuelo, Ildefonso Roldán y Enrique Otero, hermano mayor y mayordomo de la Yedra respectivamente, Miguel A. Jaén, capataz del paso de la Sentencia, Juan José Pérez González, Miguel Perea Montes, mayordomo de la Vera-Cruz, Ramón Emilio Mejías Mateo, Rocío del Ojo, José María Rodríguez Jaime o el capataz de la Clemencia Eduardo Biedma.