Bautismo celestial en el Municipal de Chapín
Actualizado:Con un planteamiento atrevido, pese a que el equipo aguantó bien cerrado atrás, una presión que asfixió al rival y velocidad para salir a la contra, los azulgrana, ayer con la camiseta talismán de la Cruz de San Jorge, dieron un recital de verticalidad. Un segundo tanto de Roberto -inédito hasta ayer- y otro impresionante gol de David Bauzá cuando el Xerez había recortado diferencias y agobiaba la meta de Andrés, permitieron un placentero final al Huesca, que ayer se quitó todas las penas y fantasmas anteriores y despejó un buen número de dudas que se habían cernido sobre el potencial del equipo. Jugando así, o la mitad de bien pero con la misma identidad, implicación y contundencia en defensa, el Huesca tiene que salir adelante, aunque nadie piense que una victoria lo cambia todo; se ve de otro color y con más alegría, pero todavía hay cosas que mejorar y ajustes que realizar en el plantel.