LA PERFORADORA
Actualizado:Por fin una buena noticia. Son mejores cuando la preceden otras malas. Los 33 mineros chilenos que en principio se dieron por muertos van a volver a la vida. Una experiencia que solo confían tener algunos creyentes de distintas religiones, aunque ninguno hasta ahora se haya molestado en relatarla. La perforadora de acero pesa 40 toneladas y produce un ruido espantoso, pero se les antojará a ellos como el rumor que hacen, cuando se frotan las alas sus ángeles de la guarda. Los que han sobrevivido mucho más al sur que las raíces saldrán de uno en uno. Estará bien graduada su terrestre emergencia, aunque el agujero no permita aglomeraciones: primero verán la luz los más hábiles, después los más enfermos y por último los más fuertes. Tenían que invitar a todos a las tierras solares. Traerlos a Málaga, por ejemplo, aunque después de tantos días cualquier otro les parecerá luminoso. De momento tendrán que tener los ojos tapados. Vivir para ver cómo siguen siendo sus seres queridos. Vivir para contarlo en televisión, en los periódicos y en las tabernas donde se bebe lo que Neruda llamó «un inteligente vino». En Chile es especialmente lúcido. Quien lo probó lo sabe.
Todas las personas bien nacidas se han alegrado inmensamente de que el rescate se dé por hecho. ¿Será verdad de que el hombre es bueno y los hombres son malos? El mundo está lleno de odio y no cabe una gota más, pero de pronto llega una inundación de piedad y ensayamos todos el difícil amor al prójimo, palabra que viene de próximo, aunque esté muy lejano. Cuando se les cayó el mundo encima estaban en el principio de un boquete de 624 metros de largo y 66 centímetros de ancho. Van a salir del agujero y de paso nos van a dar ánimo a todos para salir del nuestro. Basta con compararse.