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Tumbados a base de golazos
El Huesca logra su primera victoria de la temporada e impide que el Xerez consiga su quinto triunfo seguido
JEREZ Actualizado: GuardarNo era el día del Xerez por más que se reencontrara con el Huesca y quisiera rememorar aquel histórico día del ascenso. Los azulinos trataron de meter la quinta, pero la máquina no respondió, se quedó calada, sin ritmo, sin la intensidad que le ha dado los últimos cuatro triunfos. Y así el Deportivo todavía es un conjunto más. Por eso ayer cayó ante el Huesca. Los aragoneses tumbaron al Xerez a base de golazos, pues les entró todo lo que habían fallado en las primeras seis jornadas. Los de Onésimo no ofrecieron un fútbol brillante, pero sí una preciosa efectividad de cara a puerta ante la que nada pudieron hacer los de Javi López.
Pese a todo, no fue precisamente el exceso de confianza lo que mató al Xerez, pues Mario Bermejo y José Mari salieron dando bocados desde el primer minuto, desde la primera de las jugadas en la que el Huesca puso en movimiento el esférico desde el punto central para acabar defendiendo en menos de diez segundos la primera ocasión de los azulinos. El Deportivo saltó a Chapín en su línea, enchufado, pero quizás echó en falta ese gol tempranero que le ha acompañado en las últimas fechas. Los de Javi López tuvieron sus oportunidades, dominaron los diez primeros minutos en los que se impusieron en la posesión y jugaron cerca de la portería defendida por Andrés, pero ni Bermejo ni Capi hicieron gala de la efectividad de otras tardes y no pudieron materializar sus ocasiones de gol.
Superado el miedo inicial, el Huesca comenzó a darse cuenta que podía hacerle daño al Xerez -Onésimo cambió su sistema y colocó a tres hombres muy cerca del área xerecista-, especialmente por la banda derecha, pues Gilvan buscaba y encontraba los huecos por el flanco que defendía Mendoza. Al jerezano le tocó la china en el zapato, pues el extremo diestro del conjunto aragonés tenía su tarde y se mostró imparable en el uno contra uno. Entre eso y que fueron muchas las veces que Mendoza estuvo mejor en ataque que en defensa, el flanco izquierdo de la defensa azulina era una auténtica mina para los de Onésimo.
La primera ocasión seria llegó -¿cómo no?- de los pies de Gilvan, que se metió en pared por el costado del área y cedió atrás para que Camacho -sin tiempo para cargar la pierna- disparara alto. Ese minuto 20 sirvió de inflexión para que el partido cambiara de dueño y pasara a ser dominado por el Huesca. Hasta esos momentos el Xerez había desaprovechado toda su banda derecha, pero en los últimos 25' de la primera parte el Deportivo desapareció totalmente en ataque. No le quedó otra que defender a un Huesca que estaba jugando a una marcha más que los azulinos. Todo se hizo mucho más evidente cuando Roberto sorprendió a Lledó desde unos 30 metros. El delantero del Huesca vio al portero azulino adelantado y lo superó por alto con un tremendo golazo.
Ahora sí saltaron las alarmas en Chapín, pues los de Onésimo habían plasmado su superioridad en el marcador y buscaban el segundo. Gol que tardó poco más de cinco minutos en llegar. Otra vez Roberto, esta vez dentro del área y aprovechando un pase picadito a la espalda de la defensa que dejó solo al ariete del conjunto aragonés para que fusilara a Lledó y abriera la distancia en el luminoso. El tanto hizo mucho daño a un Xerez muy perdido sobre el campo, sin rumbo ni velocidad. Y mucha culpa de ello la tenía Cordero. Para bien y para mal este Xerez depende mucho del lebrijano y ayer Miguel Ángel no tenía su día. Jugaba varios kilómetros por hora por debajo del centro del campo del Huesca, llegaba tarde, sobaba demasiado la bola y le costaba mucho encontrar el pase para soltarla. Fallaba una de las piezas importantes y la maquinaria azulina lo notaba. Si a ello se le une el nefasto día de Gerard, ya eran muchos los flancos en los que el Deportivo hacía aguas.
López trató de arreglarlo al comienzo de la segunda parte e introdujo a Font y Antoñito -José Mari se abrió a la derecha-. Los relevos tuvieron su efecto espumoso y el Xerez logró volver a llevar el partido al área del Huesca para crear peligro a base de empuje más que de calidad. De hecho, el tanto de los azulinos llegó tras un libre directo de Lombán que pegó en la barrera y recogió Héctor Font para mandarlo de un derechazo al fondo de la portería que defendía Andrés.
Parecía el preludio de la remontada xerecista, pero justo cuando el Deportivo comenzaba a levantar cabeza otro golazo terminó de tumbarlo. Bauzá empaló en la frontal y trazó una volea perfecta para silenciar Chapín. Llegaba el 1-3 y el Xerez bajaba los brazos ante un rival que se llevaba con justicia los tres puntos del olímpico jerezano.