El show de la Esteban
Forrada e intocable. Los líos con Jesulín, su Andrea, la boda, los cuernos... es una máquina de hacer dinero. Su caché superaría el millón al año
Actualizado: GuardarContaba en una ocasión El Gran Wyoming que el público norteamericano, aún con todo lo que le gusta el show, sabe diferenciar entre famosos y famosos. Y que allí un artistazo de la talla de Bruce Springsteen y el ganador de 'Gran Hermano' nunca estarán al mismo nivel. «En España tampoco, el de 'GH' está muy por encima». Quizá tirando de este comentario malicioso se pueda entender un poco mejor ese fenómeno llamado Belén Esteban. Alguien tuvo el acierto de bautizarla como 'la princesa del pueblo' y a ver quién es el guapo que se atreve a quitarle la corona.
La chica humilde de barrio que cayó rendida a los brazos del torero, la mujer despechada, la madre coraje, la tertuliana deslenguada... Belén triunfa en todas sus facetas. Hubo un tiempo en el que los friquis nacían y morían en la tele. Pero la nueva gallina de los huevos de oro ha traspasado la pequeña pantalla y si no llega al Congreso de los Diputados será porque no quiere.
Belén Esteban (Madrid, 1973) es la protagonista del cuento de nunca acabar. Como el patito feo, la Cenicienta... o la chica de barrio -de San Blas para más señas- que acaba viviendo en un lujoso chalé. «En un culebrón la joven abandonada por el torero hubiera ingresado en un convento pero Belén ha ido a la televisión a contar lo que le pasa. La gente se ha enganchado al relato de su vida, como antes lo hicieron con los teleteatros y las novelas. El aliciente es el mismo, todos los días nos cuenta algo nuevo y no se sabe cuál es el final. Cuenta cosas que le ocurren a la gente y el público se identifica con ella», explica Miguel Roig, autor del libro 'Belén Esteban y la fábrica de porcelana. Las múltiples vidas de un personaje en la hiperrealidad' (Ediciones Península).
Su historia empezó a escribirla en 1998, cuando tenía 24 años y el torero Jesulín de Ubrique la presentó como su novia oficial. Dos años después abandonaba 'Ambiciones' con su pequeña hija Andrea -la que no se quería comer el pollo- y daba inicio su drama, que ha ido relatando capítulo a capítulo durante los diez últimos años en los platós de Telecinco, primero con Ana Rosa Quintana y ahora con Jorge Javier Vázquez, uno de sus principales aliados. «Es una tía sin dobleces, sincera, yo la quiero mucho», reconocía hace unos meses en una entrevista. Otros compañeros de profesión, sin embargo, no tienen tan buen concepto de ella: «Es zafia y jamás tiene una palabra amable para los medios de comunicación y eso que se lo debe todo», censura la periodista Rosa Villacastín.
Pero, ¿cómo la ve el espectador? «Belén es divertidísima en televisión, espontánea, brusca, dura... es un monstruo televisivo, una diversión para la audiencia», la define Santiago de Mollinedo, director general de Personality Media, consultoría de marketing que analiza la imagen de 1.600 famosos.
Roig la considera «una actriz en potencia» porque tan pronto está llorando desconsoladamente y cantándole las verdades a su ex a través de la cámara, que detiene la bronca para atender al presentador o para sonreír a un piropo lanzado desde la bancada del público. «Y acto seguido vuelve al cabreo o al lloro sin perder intensidad emocional». Además, no necesita inventarse nada porque le basta con explotar su vida, «que es accidentada y exagerada», y que ella rentabiliza a golpe de talonario en los platós. Su nómina es un secreto bien guardado pero se comentó que cobraba unos 100.000 euros al mes.
Aunque más interesante sería saber cuánto dinero genera porque cada vez que sale, barre. Hasta 6,5 millones de espectadores la vieron luciendo nueva nariz en 'Sálvame Deluxe' -las revistas se agotaron-. Es una máquina registradora... dentro y fuera de la tele. Porque además de subir la audiencia en el gallinero rosa vespertino de Telecinco ('Sálvame'), vende sartenes y zapatos -en la presentación de su primera línea de calzado se aseguró la foto al lucir el mismo vestido de Mango que el día anterior había vestido la princesa Letizia en un acto oficial, un modelito de 69 euros-, le ficha Santiago Segura para hacer un cameo en 'Torrente' y hasta le han dedicado un festival de pop art en Cáceres, como antes lo dedicaron a la figura del Rey y a Fidel Castro. En Facebook tiene casi 4.000 seguidores, en Twitter ronda los 1.500 -entre la gente que ella sigue a través de la red social, su compañero en televisión Kiko Hernández, Florentino Fernández, Alejandro Sanz, Lady Gaga...- y al teclear su nombre en Google aparecen 1,3 millones de resultados. Hace poco escribió una carta a los Reyes, a los de verdad, invitándoles a comer en su nuevo chalé de Paracuellos del Jarama -tortilla, cuscús, rabo de toro y ensalada de cogollos para la reina, «que es vegetariana»-. Nadie entendió la chanza como una ofensa.
«Los políticos le tienen miedo»
Porque con ella hay barra libre. Una encuesta encargada por Telecinco a Sigma Dos -la empresa lleva 30 años elaborando estudios de opinión- asegura que si se presentara a las elecciones el suyo sería el tercer partido más votado. Y los políticos no se han atrevido a rechistar. Todo lo contrario. Soraya Sáenz de Santamaría (PP) ha recordado que Belén puede presentar su candidatura a las elecciones como cualquier ciudadano y la Ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, no oculta que le tiene «mucha simpatía».
«Los políticos no se quieren meter con una figura popular por temor a incordiarla y que se les vuelva en su contra. No quieren tenerla enfrente, por eso Esperanza Aguirre está encantada con 'Sálvame' y Zerolo le llama 'madre coraje' cuando España está llena de madres coraje a las que debieran atender», critica Roig, que no da mayor importancia a la encuesta. A su juicio no es más que una bronca a los políticos, «una manera de contestarles y recordarles que están haciendo dejación de sus funciones». Los mismos políticos que ahora van a 'La Noria' «y al ponerse en el mismo nivel del discurso que ella, la legitiman». Antes de que la bola se haga más grande, Belén ha avisado de que no tiene interés en hacer carrera política.
Aunque si quisiera no le iba a faltar plataforma porque Telecinco va a muerte con ella. «Es el producto más rentable que ha tenido en los dos últimos años. Genera audiencia, publicidad... y eso influye en los resultados empresariales. La cadena tiene en Belén un arma que debe administrar, la saca de escena unos días, la vuelve a meter con otra noticia desafortunda -los desencuentros con los Janeiro, la investigación de la Fiscalía por la exposición a la que somete a su hija, la infidelidad de su marido...- y así la hacen renacer», explica Mollinedo.
-«Belén es muy conocida, tiene mucha notoriedad pero es una notoriedad negativa. Hacemos encuestas semestrales a 40.000 personas y ella nunca pasa del 4. Una cosa es que sea divertida y entretenga a la audiencia pero, ¿quieres que tu hija sea como Belén Esteban?, ¿que grite y emplee el vocabulario que ella usa?», cuestionan los expertos de Personality Media.
-¿Hasta cuándo va a estar en el candelero?
-Eso depende de lo que Telecinco sea capaz de hacer por ella porque todos los famosos tienen fecha de caducidad, y el papel de Belén tiene un desgaste altísimo. Nunca desaparecerá pero pasará a un segundo o tercer plano.
«Carmina Ordóñez, al extremo»
Les ha pasado a otros: Pocholo, Ricardo Bofil, Antonio David, Yola Berrocal, El Nen de Castefa, Chikilicuatre... que fueron creados y explotados por Sardá y Buenafuente y tuvieron su momento pero desaparecieron. Aunque Belén pertenece a otra casta «porque tiene el aliciente añadido de que su papel es el día a día de su vida. Es lo que fue Carmina Ordóñez pero llevado al extremo», recuerda Santiago de Mollinedo.
La gente nunca se cansó de oír hablar de la ex de Paquirri -de vez en cuando todavía la 'resucitan' en la tele-. Y tampoco les cansa, al menos de momento, Belén. «El mundo moderno es un lugar inhóspito, no conocemos al vecino, echamos de menos la comunidad, la vida de las aldeas, y Belén Esteban nos invita a entrar en su historia. Nos deja estar sentados a la puerta cotilleando», explica el sociólogo Fermín Bouza.
Dice que desde el punto de vista sociológico el fenómeno de la Esteban no representa ninguna amenaza. Si acaso, reprocha Bouza, que ocupa tantas horas de televisión que priva de salir a otra gente. Pero no hay riesgo de que Belén se convierta en modelo a seguir «ni psicológicamente es negativo para la sociedad». Todo lo contrario, su vida televisada «es como una alcantarilla emocional, la gente pone la tele y se olvida de sus problemas. Cuando llora por lo que le ocurre a Belén en el fondo están llorando por ellos mismos. Y eso es un desahogo».