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Fernando Llorente celebra uno de sus goles ante Lituania. :: EFE
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El muro cae a cabezazos

Triunfo muy trabajado de los campeones del mundo, que pagaron su falta de puntería y acabaron sufriendo Dos testarazos de Llorente permiten a España sumar tres puntos ante Lituania

L. V.
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España derribó el muro lituano a cabezazos, y gracias a su hombre más poderoso en el juego aéreo. La espigada figura de Fernando Llorente eclipsó la noche de Villa, el hombre que buscó durante todo el partido ese gol histórico que le permitirá igualar a Raúl como máximo goleador de la selección.

Pero el gran protagonista fue el del Athletic. Dos cabezazos suyos daban tres puntos muy importantes para la clasificación para la Eurocopa de 2012. Desatascó un duelo que se complicó por la fortaleza lituana y por la falta de puntería de los españoles, ciegos ante puerta tras la conquista del Mundial. Aún así, el resultado se quedó corto para los méritos de ambos conjuntos. os de casa fueron muy superiores.

España saltaba al césped con Cazorla en lugar de Xabi Alonso, que por unas anginas se quedó sin vestirse de corto. El del Villareal está recuperando su mejor versión, al igual que Iniesta, que ayer hizo de Xavi Hernández y llevó el timón de la selección española.

Con Silva por la derecha a pierna cambiada, Villa por la izquierda y Llorente en el centro, todo comenzó como se esperaba. Un monólogo absoluto de la Roja, que monopolizaba el balón y cercaba la portería del meta lituano.

Las ocasiones se sucedían pero no era posible encarrilar el encuentro con el primer gol. Sergio Ramos estrellaba el balón en el poste en la mejor opción del primer cuarto de hora. Por su parte, Lituania se acercaba con timidez a los dominios de Casillas, con demasiada ingenuidad.

Los pupilos de Del Bosque apretaban. Silva abusaba del recorte en una ocasión, y tanto Villa como Capdevila estrellaban sus disparos en los zagueros rivales.

Poco se le podía reprochar al combinado español. La pelota no rebasaba el centro del campo, siempre se jugaba en terreno contrario. Ya fuera en jugadas enlazadas o en acciones individuales, se creaban las oportunidades necesarias. Pero como sucedió en Argentina, la pólvora, terminado el Mundial, parece agotada.

Es más, el paso de los minutos hacía crecer la ansiedad, que llegaba a un punto álgido cuando Danilevicius probaba a Casillas con un disparo dentro del área. El de Móstoles despejaba el peligro, pero no las dudas que se iban creando en torno al equipo.

Sin puntería

El colmo del desacierto llegaba con una de las pifias más gordas que se recuerdan en este equipo. Villa, con toda la portería para él y el guardameta batido, estrellaba el balón en el poste. El 'Guaje' sigue negado de cara al gol, y es que tanto en el Barça como en la selección no tiene todavía afinada la puntería. Con esa opción, al filo del descanso, podía haber igualado la marca histórica de Raúl como máximo goleador de 'La Roja', pero de nuevo su intento quedaba en agua de borrajas.

Todo parecía cambiar tras la tregua. Un centro de Ramos desde la derecha permitía a Llorente imponer su presencia y cabecear a la red el primero de la noche. La alegría regresaba a la selección. El gol traía la tranquilidad.

Pero esa tranquilidad resultaba fatal. Un error fatal de la zaga española dejaba solo delante de Casillas a Sernas, que esta vez no perdonaba.

El empate cogía desprevenido a todos. Hasta a los lituanos, que ni se creían que iban por delante en el luminoso. Y poco tiempo tuvieron para degustarlo. Una excepcional jugada de Cazorla, de nuevo por la diestra, acababa en un centro medida para que Llorente de nuevo marcara con la testa.

Toda la escasez de la primera parte se convertía en acierto en esta segunda. Piqué se animaba con una acción personal desde su campo que moría en un disparo sin rumbo.

España seguía a lo suyo. Dominando a su rival, con un altísimo porcentaje de posesión que rondaba el 70%. No obstante, a medida que pasaban los minutos el cansancio hacía mella en los jugadores españoles, que no habían cerrado el marcador y sufrían alguua contra del combinado lituano.

Arriba, se seguía notando la extrema ansiedad de Villa por marcar ese gol histórico, que seguía sin llegar. Silva, su ex compañero en el Valencia, disponía también de su clarísima ocasión y el canario sí que pudo convertirla. En los últimos minutos, los españoles tomaron de nuevo el pulso al encuentro. Los lituanos, extenuados, ya habían entregado la cuchara. Iniesta probaba al meta con un disparo desde fuera del área, pero fue destacable la actuación de Karsemarscas, que evitó una goleada.