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Fernando Alonso no se fía del piloto australiano, actual líder del Mundial. :: EFE
LA PRÓRROGA

Mark Webber, el enemigo silencioso

Fernando Alonso apunta al australiano, siempre a la sombra, como su principal rival por el título

JOSÉ CARLOS J. CARABIAS
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Mark Webber apura un trago de cerveza mientras contesta a la primera pregunta en el campamento Red Bull. El líder del Mundial de Fórmula 1 responde tajante, frases cortas y definitivas, poca concesión a la galería. «No soy favorito». «Estoy muy relajado». «No pienso en nada especial».

El público nipón se ha citado en las gradas de Suzuka pese a que no hay actividad en la pista, salvo los ensayos del coche de seguridad y su ritmo como guía del pelotón.

Webber habla bajo pero claro. «Estoy viviendo un momento muy bonito, pero aquí todo puede cambiar muy rápido. Para bien o para mal. Estoy en el filo de la navaja», cuenta Webber ante su audiencia. Ha tenido que esperar media vida para que hubiera tanta gente pendiente de sus pensamientos. Gallina vieja da buen caldo, proclamó Rossi para celebrar uno de sus últimos títulos. Webber, 34 años, nueve temporadas en la F-1, once compañeros, cuatro equipos, seis victorias y 153 grandes premios después, paladea su hora feliz.

Un líder constante, no fulgurante. Silencioso, pero audaz. Tipo con los pies en la tierra, al mando de la Fórmula 1 gracias al imponente Red Bull y a su regularidad. Ha conseguido puntos en catorce de las quince carreras de la temporada. No suele fallar y, como tripulante del globo, navega con viento a favor. «Se toca con su compañero en Turquía y acaba en el podio. Se toca con Hamilton en Singapur y lo mismo», dijo ayer Alonso.

Esa perseverancia del australiano tiene mucho que ver con su carácter pétreo, puro granito que no transmite emociones. Ni por asomo quiso dar publicidad a su accidente de hace dos inviernos, el que casi lo retira del automovilismo. Webber quería conocer sus límites como atleta y se inscribió en la Pure Tasmania, una bestialidad de 250 kilómetros compuesta por kayak, atletismo y ciclismo. Cuando rodaba en bici, un todo terreno se saltó un stop y lo atropelló. Resultado: la pierna derecha triturada y ocho semanas de recuperación.

Webber se presentó a la primera carrera de la temporada en su país -Australia- arrastrando una ostentosa cojera. Le dijo a todo el mundo que estaba fenomenal, plenamente restablecido. No quería perder su sitio en Red Bull.

Su trayectoria es apreciada en el paddock. En las reuniones de pilotos de los viernes, su opinión pesa. «Para mí no es sorpresa -comentó Alonso-. Todo el mundo apostaba por Vettel, pero yo también pensé en Webber. Ha demostrado que es un gran piloto y mejor persona. El año pasado estaba delante de Vettel hasta cuatro carreras antes del final. Y comete menos errores».

Webber no se inmuta. Trasiega otro sorbo de cerveza. «No pienso nada especial. Japón es otra carrera más».