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fútbol | selección

Llorente descerraja a Lituania

Llorente se ha consagrado como internacional con dos golazos de cabeza en una costosa victoria que ha cerrado Silva

R.C.
SALAMANCAActualizado:

Por si alguno de los grandes todavía lo dudaba, Fernando Llorente demostró en Salamanca que es un delantero con mayúsculas, mucho más que una simple alternativa. Salió de inicio por la baja del 'Niño' Torres y fue la clave en el costoso triunfo ante Lituania que encarrila el camino hacia la Euro '2012. Tardaron en encontrarle sus compañeros, pero decidió cuando al fin entendieron que muchas veces es mejor un buen centro que un sinfín de paredes y recortes en medio del atasco. Y más si hay un nueve clásico.

Llorente esperó su momento y descerrajó a los fornidos bálticos con dos testarazos de manual. Supo anticiparse en el primer palo y buscar la espalda a los zagueros en el segundo. Fue un gigante en un once repleto de bajitos que resolvieron con madurez un encuentro más complicado de lo que parece. Llorente completó un trabajo inmenso y dio la alternativa a Aduriz instantes antes de que Silva sentenciase. Tres golazos de cabeza, fruto del talento, a un equipo altísimo. El fútbol es único.

La baja de última hora de Xabi Alonso, a causa de un proceso gripal, complicó a Del Bosque, quien respetó los galones a la hora de buscar un sustituto que encontrase la fórmula para abrir el candado báltico. Apostó por Cazorla, un campeón de Europa que se perdió el Mundial y ahora vuelve por sus fueros en el Villarreal, y evitó el debut de Bruno o Borja Valero, dos organizadores más específicos. Decisión de un técnico respetuoso con los códigos de un vestuario.

Aunque el once de España sería la envidia de cualquier selección del mundo, es lógico que la selección acusara la ausencia de hasta nueve campeones en Sudáfrica. Un plaga de bajas en el arranque de temporada que sufre las secuelas de un Mundial y de discutibles pretemporadas que buscan más los euros que la correcta preparación.

Vuelve Cazorla

Ya dejó claro el técnico en la víspera que no hay nadie como Xavi, sólo alternativas. Y más si también falta Cesc. Colocó a Busquets por delante de la defensa, donde el azulgrana volvió a ofrecer una exhibición de solidaridad, corte, colocación, atención y entrega, y un poco más avanzados ubicó a Cazorla, en la derecha, e Iniesta en la izquierda. Silva y Villa ejercieron de extremos y, aunque su calidad asombra, no son tan específicos de banda como Navas y Pedro, también lesionados.

Aunque dispuso de hasta siete ocasiones y estrelló dos balones en los postes, uno en un cabezazo de Sergio Ramos a la salida de un córner y otro en un disparo de Villa que parecía gol o gol, tras rechace del portero a cabezazo de Llorente, España sufrió algunos problemas en el primer período.

Le faltó algo de rapidez en la circulación y movilidad sin balón. También echó de menos más presencia de Iniesta, sin la continuidad deseable. Silva estuvo participativo y punzante pero se regodeó en los regates dentro del área. Tuvo varias para engatillar pero le sobró el último recorte. En ese lapso, la selección no supo aprovechar a Llorente, que se peleó en balde con los centrales. Al ser una referencia fija en punta, el ariete del Athletic dificultaba la llegada desde la segunda línea.

Por encima de todo, faltaba pegada. Villa lo intentó desde todos lados pero no tenía su día. Perdonó más que de costumbre, hasta el punto de alimentar bromas sobre la 'maldición de Raúl', de quien le separa sólo un gol como máximo artillero en la historia de España.

A los lituanos les sobraba medio campo. Todos atrás y sólo Sernas, delantero del Widzew Lodz polaco, con vocación ofensiva. Alguna vez encontraba la colaboración en los contragolpes de Danilevicius, atacante del Livorno que dispuso de la única oportunidad visitante antes del descanso. Aprovechó un despiste de Puyol pero se topó con los puños mágicos de Iker.

Entendieron los españoles en el entreacto que había que darle una vuelta al registro, buscar más pragmatismo y protagonismo a los laterales. Enseguida, Ramos encontró al fin a Llorente, que abrió el choque con su testa prodigiosa. Con todo encarrilado, Ramos de despistó, salió a destiempo y facilitó el empate antes de discutir con Puyol y Piqué. El gol de Sernas preludió algún incidente de los hinchas lituanos ubicados cerca de un córner. Les silenció el nuevo golazo de Llorente, esta vez tras medido centro de Cazorla, al que sus compañeros abrazaron porque conocen lo que sufrió por no estar en Sudáfrica. La fiesta en el Helmántico la cerró el canario, mucho más feliz con el estilo español que con el británico del Manchester City. Se la puso Ramos, retirado luego por lesión.