«La vida interior es pura locura»
La autora mexicana publica la historia de una niña autista que busca salvar la vida marinaSabina Berman Escritora
CÁDIZ.Actualizado:Karen no es como el resto de los niños. Se pasa horas mirando el mar de diamantes que produce el sol al reflejarse en el agua cristalina. Adora el tacto de la arena blanca y tiene una especial relación con los animales que viven en el océano. Pero no sabe leer ni escribir, y sólo repite lo que escucha a su alrededor. Eso termina cuando llega su tía Isabelle a hacerse cargo del negocio familiar y se empeña en domar a la fiera. La escritora mexicana Sabina Berman se estrena en el mercado literario español con 'La mujer que buceó dentro del corazón del mundo' (Destino, 2010), una historia que habla de la conexión con el mundo real y de la comunión con la naturaleza. Un relato sobre la tolerancia y el respeto a lo diferente.
-Ana María Matute ha dicho que su libro es un relato sobre la libertad y la diferencia.
-Me asombró la síntesis que logró. Resumió el contenido del libro en sólo dos líneas.
-¿Cómo empezó a concebir esta historia y sobre todo, el personaje de Karen, una niña autista que tiene una sensibilidad especial hacia los animales?
-Siempre trabajo con trozos de la realidad que voy uniendo y ahí entra la ficción. Todo lo que aparece en la novela sucedió, quizá no de esa manera y a esos personajes, pero sucedió, además hace poco. Karen está basada en una persona real, es una mamífera bípeda autista que se considera una variación de la especie humana, no una humana como nosotros. No tiene una distancia con los animales, está más cerca de ellos. Además, tampoco está lejos de la realidad, está instalada en el 'existo luego pienso', mientras que a nosotros nos educan para estar en el 'pienso, luego existo' que sostenía Descartes. Eso es ridículo porque todos existimos y luego pensamos. La locura de nuestra cultura es hacernos creer que es al revés.
-Su formación como psicóloga clínica, ¿le ayudó a construir este personaje?
-Sí, pero más conocer de cerca cómo es mirar la realidad de forma distinta a como nos han enseñado.
-Karen pasa de ser una salvaje a hablar, leer, escribir... incluso va a la Universidad. ¿Estos casos de autismo son frecuentes?
-No. Depende del milagro de que haya alguien como la tía de Karen. El 90% la colocan entre los imbéciles e idiotas, pero el otro 10% le otorgan un carácter de genialidad. Para apostar por ese 10% hace falta ser la tía de Karen.
-En el libro subyace una fuerte conciencia ecológica.
-Sí, porque Karen se crió dentro del mar. Al principio de la historia es una niña de 8 años que vive en contacto con los seres marinos, salvaje, libre... Además, la mitad de la novela sucede bajo el agua, con ella buceando.
-Ha dicho que le fascina el mar y necesita vivir cerca de él.
-Sí, pero el libro no pretende remover conciencias y que la gente salve el planeta. Es algo más egoísta, más personal. No podemos ser felices si no estamos instalados en lo real, que es primero nuestro cuerpo y luego nuestros sentidos, que nos unen con la realidad. En la medida que estamos separados del afuera estamos locos. Estoy cansada de que se hable de la vida interior de los personajes, porque la vida interior es pura locura. Y creo que casi todos estamos muy locos. Fuimos educados para mantener esa fantasía de que somos en nuestro pensamiento y no en nuestra existencia corporal.
-Karen intenta salvar la vida de los océanos. ¿Hay solución a la degradación que está produciendo el hombre en el planeta?
-Sí, esa parte de la novela es verídica. La solución que encuentra Karen para conservar y multiplicar la vida de los seres marinos se está dando. Los lugares que están narrados en la novela existen. Por ejemplo, los pulpos están en extinción porque hemos arrasado los bosques de algas y anémonas. No pueden reproducirse pero hay un grupo de jóvenes científicos mexicanos que están regando el Golfo de México de caracolas hechas de lodo y fibra de vidrio para que se instalen y se multipliquen y los pulpos se están reproduciendo por miles. Se nos olvida el poder de la naturaleza.
-En la novela habla de la pesca del atún, un tema muy cercano a Cádiz.
-Sí. Es que México tiene las atuneras más grandes del mundo. Pescamos atún de aleta marilla no como ustedes, que pescan el atún rojo, aunque son de la misma familia. A partir de 1950 se industrializó la pesca del atún y eso no hay especie que lo soporte. Los atunes no tienen tiempo de regenerarse. De ese tiempo a esta parte son una tercera parte más pequeños y además, están desapareciendo. Las predicciones auguran que en 2015 ya no habrá atunes.
-Escribe novelas, guiones, artículos. ¿qué le atrae más?
-Lo que hago es contar historias a través de distintos medios. Me interesa la realidad. No inventar cosas, me emociona más hablar de cosas que son posibles. Esas historias luego las traslado al teatro, al papel o al cine.
-¿Qué hace grande a una novela?
-Una novela es buena cuando vuela, cuando la inventas pero adquiere vida propia y comienza a volar en la imaginación de otros. Hay un momento cuando escribes en que se libera del ego de quien lo escribe.
-Está involucrada en política a través de su faceta periodística.
-Sí, indago sobre temas que quiero que no sean ignorados. El poder siempre está interesado en contar la realidad de forma que le beneficie y eso excluye a muchos y yo incluyo a esas personas. En nuestro país sólo llevamos diez años de democracia -o eso que hacemos-, pero ahora es momento de abrir México e introducir a más gente en los derechos civiles. Me interesan los homosexuales, los ateos, las mujeres, quiero dar visibilidad a las minorías que no la tienen.
Una guerra impopular
-¿Cómo ve la realidad de su país?
-Llegamos en 2000 a la democracia después de una dictadura y esperábamos que los políticos construyeran un país con más derechos para todos, y no pasó. Esa es nuestra gran tristeza. Nuestra clase política es una metástasis de los autoritarismos. Estamos instalados no en el 2010, sino en el 2001. Tenemos que asegurarnos de que lleguen otros que sí construyan y no que se peleen por el poder. Es buen reflejo esta guerra contra los narcos, emprendida por un presidente inseguro. Si había un avispero en nuestro país, el crimen organizado, él fue y le dio un batazo.
-¿Es posible sentar las bases del cambio?
-Esta es una guerra impopular y las esperanzas de que hubiera traído un país con más seguridad se esfumaron. Cada vez la población tiene más claro que fue un error. No tenemos que hacer una guerra con los narcos, ya que los mayores consumidores son los norteamericanos. No es la guerra que necesita el país, sí una de bajo impacto con los rateros y extorsionadores que puede llevar a cabo la policía. Necesitamos tribunales donde de veras exista justicia. En España lo hicieron bien, rompieron las estructuras de la dictadura y las convirtieron en las de una democracia real. Lo de México va a acabar en 2012, cuando cambiemos de presidente. No creo que nadie retome algo que se ha comprobado que es un error. La guerra ha aumentado la criminalidad.